Barro para monumentos
"Cuanto más barro me tiren, más monumentos me harán". Ángel Matanzo, madrileño de 53 años, está hacíendo su cruzada particular por el distrito Centro desde que asumió su presidencia hace casi un año. Ha cerrado locales, desterrado a vendedores ambulantes y acabado con todo aquello sospechoso de saltarse unas ordenanzas "que antes no se hacían cumplir", comenta.Matanzo asume su papel de sheriff "porque todavía quedan bandidos" y aún se ve huérfano de una barredora "con la que acabar con toda la escoria". Afirma que su fuerza la saca de los vecinos, la inspiración de la Virgen de la Paloma y su experiencia política de Manuel Fraga, al que conoció cazando y con el que intimó llevándole por los mercados de Madrid en unas elecciones. En los mercados se crió -su cuna fue un cesto de fruta- y de ellos vive con su negocio cárnico.
Conserva la chulería del castizo, la picardía de la escuela de la calle y la vanidad del jugador de mús -"no me importa la pareja, no tengo rival"-. Su otra cara: la poesía. Ha escrito cerca de 150 poemas.
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