La mayor recaudación en la historia de Las Ventas

La feria de San Isidro, que terminó el pasado martes, ha batido las marcas de recaudación y asistencia de público en la historia de Las Ventas. Se calcula que la recaudación total se ha acercado a los 940 millones de pesetas, según las cifras que, antes de iniciarse el abono, la empresa manifestó se harían de taquilla si se llenaba todas las tardes. A razón de un cargo en taquilla de 39 millones de pesetas cada una de las 21 corridas de toros, casi 20 en cada una de las tres novilladas, y 30 en cada uno de los dos espectáculos de rejoneo.Como el presupuesto del la feria fue, según la propia empresa, de 650 millones de pesetas, ésta y la Comunidad, que cogestionan el coso, se repartirán unos 300 millones de beneficios, a los que hay que añadir los derechos de los cuatro festejos que se televisaron (uno por la primera cadena de TVE y tres por Telemadrid).

El cartel de "no hay billetes" se puso en 23 de los 26 festejos, superando ampliamente la anterior marca de 17, en la feria de 1989, organizada por Manuel Chopera. Sólo en las novilladas de los días 12 y 30 de mayo, y el 5 de junio, cuando se dio la corrida aplazada el día 16 de mayo por la lluvia, había boletos en taquilla, aunque los tendidos estuvieron al borde del lleno.

A lo largo de la feria se devolvieron, por inválidos o cojos 20 toros, cantidad muy inferior a la de los que se protestaron. Juan Lamarca fue, con siete, el presidente que más devolvió. También se dieron 20 avisos, 18 a los matadores de toros y dos a los novilleros. Rafael de Paula, con cuatro, tres de ellos en el toro que se negó a matar el día 23 de mayo, encabeza esta clasificación.

Escasos percances

La feria de este año ha batido otra marca, ésta de signo emi nentemente positivo: el escaso número de percances habidos en ella, que contrasta con años an teriores e incluso con lo sucedido en la plaza desde el comienzo de la temporada, el 5 de marzo, hasta el iniciio del ciclo.

La suerte acompañó a los diestros en el ruedo en mayor medida que a los espectadores, pues, paradójicamente, los per cances sufridos por éstos, 16, do blaron a los de los toreros, ocho. La mayoría de estos percances fueron poco importantes, siendo el novillero Juan Pedro Galán el único que sufrió una cornada de cierta consideración, aunque lim pia, en la pierna derecha. Esta herida, de pronóstico reservado, se produjo porque se cayó en la cara del único novillo que mató aquella tarde.

En los 13 festejos celebrados a principio de temporada -exactamente la mitad de los que hubo en la feria-, ingresó en la enfermería el mismo número de matadores, aunque todos con percances graves, como Lucio Sandín -aún no recuperado, tres meses después-, Niño de la Taurina, Esplá y el sobresaliente Manuel Gómez.