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El Cocom sigue Iimitando la venta tecnológica a Moscú

Enric González

El Comité para el Control Multilateral para las Exportaciones (Cocom), reunido desde el miércoles en París, ha aceptado incrementar el trasvase de tecnología a varios países ex comunistas del este de Europa (Polonia, Checoslovaquia y Hungría), pero no ha aliviado los severos controles que pesan sobre las exportaciones a la URSS. El Cocom está compuesto por todos los países de la OTAN menos; Islandia, con la adición de los dos grandes aliados del Pacífico: Japón y Australia.

Estados Unidos ha mantenido desde 1949, fecha en que se constituyó este comité, un papel preponderante en el mismo. La propia sede del Cocom se encuentra en un anexo de la Embajada estadounidense en París. Y Washington hizo patente el miércoles que su posición frente a la URSS sigue siendo dura, al anunciar su veto a un proyecto de la compañía US West, de Denver (EE UU), que pretendía instalar un eje de fibra óptica para telecomunicaciones a través de la Unión Soviética, con una inversión cercana a los 500 millones de dólares (más de 50.000 millones de pesetas). Un veto similar fue impuesto el mismo día por el Gobierno de Londres a la firma Cable & Wireless, que pretendía también instalar fibra óptica en la URSS.Las insistentes peticiones formuladas por Japón, Italia y Francia para que los controles del Cocom se relajaran han sido aceptadas sólo parcialmente por Estados Unidos. Los países del Pacto de Varsovia más avanzados en el proceso democratizador (Hungría, Checoslovaquia y Polonia) podrán acceder a gran parte de la tecnología occidental, con el compromiso explícito de no reexportarla a la URSS. La República Democrática Alemana (RDA) es caso aparte, ya que su unión con la República Federal de Alemania (RFA) la convertirá de hecho en un socio más del Cocom. Otros países, como Rumania y Bulgaria, por su escaso atractivo para los exportadores occidentales de tecnología, han quedado relegados en las conversaciones de París.

Triunfo del Pentágono

El Cocom también ha adoptado el acuerdo de reducir sensiblemente la lista de 120 tipos de productos cuya exportación permanecía prohibida hasta ahora. La lista quedará limitada a unos 80 apartados, aunque bastantes de los que desaparecerán se refieren a tecnologías medias y ya relativamente obsoletas, fácilmente adquiribles en terceros países como Corea del Sur.La persistencia en cerrar a la URSS el acceso a la alta tecnología occidental, especialmente en el sector de telecomunicaciones, ha sido interpretada por los delegados en el Cocom de varios países europeos como un triunfo de la opinión del Pentágono, para el que Moscú sigue siendo un enemigo. La versión estadounidense señala, sin embargo, que se trata de "estimular" al Gobierno de Mijaíl Gorbachov para que acelere el proceso de reformas internas.

En la cumbre de ambas superpotencias en Washington, finalizada el domingo pasado, Gorbachov puso reiteradamente de manifiesto la necesidad de que Occidente ayude a la URSS a modernizar sus infraestructuras. El Departamento de Comercio de Estados Unidos, más moderado que el Pentágono, ha mostrado en París su buena disposición a facilitar a la URSS la adquisición de algunos de esos productos.

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