Me encanta arbitrar

Me llamo José, soy de Salamanca y tengo 26 años. Estoy licenciado en Ciencias Exactas. He dado clase dos años en la Universidad de Salamanca y otros dos años en enseñanzas medias. Además soy árbitro de fútbol. No entiendo que eso pueda molestar a nadie. No comprendo por qué en España se asocia árbitro con violencia, insultos, agresiones... Ignoro por qué no la han cogido con los señores con bigote o con los bajitos, por ejemplo. No sé por qué somos los grandes culpables de todo.Llevo arbitrando desde los 15 años, es decir, casi toda la vida. Y raro es el día que no le he dedicado al menos un rato: unos días entrenando (con frío, con calor, a veces solo); otros días repasando el reglamento o las últimas circulares, o asistiendo a reuniones en el colegio. Me encanta arbitrar. Me preparo lo mejor posible y salgo a los campos de fútbol con la conciencia tranquila de alguien que está preparado y que va a pitar lo que ve. Y eso la gente que me conoce lo sabe.

Pero esta tarde toca quirófano. En mi último partido en el grupo octavo de la Tercera División me rompieron la nariz al golpearme con una silla en la cabeza. En realidad no es grave. Simplemente, una operación de desviación de tabique, pero es con anestesia general. Me han hablado de tres semanas entre escayolas y vendas, además de tener que dejar de trabajar y arbitrar. Y simplemente porque unos señores no tenían otra cosa mejor que hacer un domingo por la tarde.

Desde aquí quiero mandar un SOS. Cada uno tiene que asumir su parte de culpa, pero de una vez por todas hay que acabar con la violencia en el fútbol. A los árbitros, que nos dejen en paz, que somos los menos culpables de la situación-

Salamanca.