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El Gobierno de Pakistán crea una fuerza especial para controlar Karachi

El Gobierno paquistaní constituyó ayer un comando conjunto de soldados, guardia civil y policía, encargado de poner orden en Karachi, capital de la sureña provincia de Sind. A su vez, el teniente general Javed Ashraf, al mando de las tropas que han sitiado Hyderabad, la segunda ciudad de Sind, ordenó "disparar" contra cualquier persona que viole la ley, robe o incendie la propiedad pública.

Los enfrentamientos de las dos últimas semanas en Hyderabad y Karachi, en los que ya han muerto cerca de 400 personas, amenazan con extenderse a la totalidad de la provincia. Una manifestación convocada por la Alianza Nacional Sindi en Shikarpur para protestar por las muertes de Sind terminó con el incendio de 12 tiendas. La violencia desatada entre sindis y mohajirs, las dos etnias que habitan en Sind, se cobró ayer ocho nuevas víctimas."O el Gobierno pone fin a esta sangría o esta sangría pone fin al Gobierno", afirma un hombre de negocios mohajir, que asegura no tener nada en contra de los sindis. Y es que en la minoría adinerada de una y otra comunidad no existen problemas. Son las capas más desfavorecidas de ambas etnias las que responsabilizan a la contraria de agudizar la pobreza que padecen.

El jefe del Gobierno provincial, Aftab Shahban Mirani, se dirigió el viernes por la noche a los 25 millones de personas que pueblan Sind para pedirles que bajen las armas. Mirani rechazó la posibilidad de que Sind se independice de Pakistán o se divida en dos provincias. Son los radicales sindis los que pretenden crear un Estado soberano.

'Traición'

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El nacionalista sindi se considera "traicionado" por el poder central, que favoreció el asentamiento en Sind de millones de refugiados (mohajirs), llegados de India en 1947, cuando la independencia del Imperio británico y la partición del país, refugiados que se han hecho con las grandes ciudades, desplazando al campo a los sindis. Los mohajirs, a su vez, se sienten , "discriminados" por el sistema de cuotas, introducido en 1971 por el depuesto primer ministro Zulfikar Alí Bhutto -padre de la actual jefa de Gobierno Benazir Bhutto-. Las cuotas limitan el acceso a la universidad y a la función pública a. los mohajir.

Benazir Bhutto, ella misma una sindi, llegó, tras ganar las elecciones al frente del Partido Popular de Pakistán (PPP) en noviembre de 1988, a un compromiso con el Movimiento Quami Mohajir (MQM) que representa los intereses de quienes abandonaron India para formar el país de los puros.

En octubre pasado, el MQM rompió la alianza con el PPP acusándole de no haber cumplido ninguno de los compromisos contraídos para mejorar la situación de los mohajirs. Desde entonces, bandas armadas de uno y otro partido han iniciado una lucha que se teme pueda acabar en guerra civil. La enorme cantidad de armas que se mueve libremente por Pakistán desde que comenzó la guerra de Afganistán en 1979 dificulta el problema.

En un país que se ha pasado más de las tres cuartas partes de su existencia bajo la ley marcial vuelven a levantarse las voces que piden mano dura. Quienes confían en que la democracia puede llegar a controlar la situación han hecho un llamamiento al diálogo. La primera ministra ha manifestado al presidente de Pakistán, Gulam Ishaq Jan, y al jefe de las Fuerzas Armadas, general Mirza Aslam, que se entrevistará con cualquiera que esté dispuesto a colaborar para pacificar Sind.

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