Distintos raseros
Hace un par de días, al conocer la noticia, a través de los medios de comunicación, de la entrega de permiso de residencia y la concesión de asilo político a una de las componentes de un ballet cubano, no pude por menos que morderme la lengua y casi llorar de rabia e impotencia. Y no por ella, que me alegro y desde aquí la felicito por la rapidez y la suerte que ha tenido, sino que cuando se llevan dos años intentando conseguir lo mismo, y sólo encuentras trabas y muros cada vez más altos que escalar, empiezas a dudar un poco de la objetividad y seriedad que creo se debe seguir en este tipo de cosas.Yo soy ciudadana española, y hasta hace algún tiempo no he tenido conciencia exacta de lo que realmente significa encontrarse en esta situación.
Hace tres años tuve la inmensa suerte de que se cruzara en mi camino Xico, ciudadano mozambiqueño y lo mejor que me ha pasado en la vida.
Desde entonces, tres larguísimos, angustiosos (porque es angustia lo que algunas veces puedes llegar a sentir), agobiantes y desesperantes años, estamos intentando solucionar eso que a otras personas afortunadamente les cuesta tan poco.
Quisiera saber qué criterios se siguen para denegar un permiso de residencia o asilo a un ciudadano mozambiqueño, alegando que no hay motivos para esa solicitud, cuando de todos es sabido (o al menos a quien le interesa) los graves problemas que tiene este país, fundamentalmente hambre y guerra. Mozambique es el cuarto país en el mundo con más alto índice de mortalidad infantil a causa del hambre.
Y sin embargo se concede a ciudadanos cubanos (que, repito, la felicito, porque no sabe la cantidad de problemas que se ha quitado de encima), cuando, según parece, y a decir de algunos de nuestros gobernantes, Cuba es un país sin problemas, sin hambre y sin guerra. Que alguien me lo explique.-
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