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Asesinatos que hicieron historia

La serie 'La huella del crimen', idea de Pedro Costa, vuelve a rodarse tras un extraño silencio

La huella del crimen, serie basada en asesinatos cometidos en España, cuyos primeros seis capítulos emitió TVE en el año 1985, obteniendo gran éxito de audiencia y crítica, se paralizó entonces misteriosamente, como si de uno de sus argumentos se tratara. Tras la buena acogida de aquella primera parte, el periodista y director de cine Pedro Costa, creador de la serie, en la que intervienen varios guionistas y directores, vio dormitar en un cajón, durante tres años (la etapa de Miró), los guiones, pagados entonces, de otros cinco capítulos. Pero el despertar ha llegado y los rodajes ya están en marcha desde hace semanas. Costa, quien ideó la serie desde que trabajó en la revista El Caso, afirma que la historia de un país es también la historia de sus crímenes, y siempre pueden contarse a través de la belleza.

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La nueva etapa cuenta como guionistas con Carlos Pérez Merinero, Manolo Marinero, Luis Ariño, Álvaro del Amo, Antonio Rovinad, Ricardo Franco y Pedro Costa; estos dos últimos también directores, junto con Imanol Uribe, Antonio Drove y Rafael Moleón.El primer capítulo, El crimen de Perpignan, está rodado y montado bajo la dirección de Rafael Moleón y con guión de Carlos Pérez Merinero; está protagonizado por Altana Sánchez Gijón, Laura Cepeda y Juanjo Puigcorbé. De todos los crímenes de la serie, éste es el más contemporáneo, ya que está basado en un asesinato ocurrido en la década de los setenta, realizado por un emigrante español y su joven enamorada.

Un cínico

Moleón recibió cuatro guiones para llevar a cabo, y desde el principio fue el que más le interesó: "Curiosamente, la dificultad de ambientarla en los años setenta fue mucho mayor que si hubiera tenido que abordar el siglo XIX, ya que a veces la cercanía temporal es más complicada". Moleón asegura que desde el principio le apasionó lo que era un triángulo perfecto entre dos mujeres y un hombre: "El personaje masculino, que mata a su esposa, en realidad era un cínico y una mala persona, de lo que él no era consciente, y Puigcorbé lo ha bordado en la interpretación".El crimen de !as estanqueras de Sevilla, que conmocionó a la sociedad hispalense en los años cincuenta, es el segundo capítulo. Dirigido por Ricardo Franco, tiene guión de Pedro Costa y Manolo Marinero. Como protagonistas están, entre otros actores, José Soriano y Fernando Guillén Cuervo. Los tres delincuentes que fueron acusados de estos crímenes y sentenciados a garrote vil fueron considerados en su época como mártires.

El capítulo que se está rodando en la actualidad, el tercero, es El crimen del expreso, con guión de Ricardo Franco y Luis Ariño. Imanol Uribe, su director, cuenta para los papeles protagonistas con José Manuel Cervino, Francisco Casares, Quique San Francisco, Tito Valverde, Mario Pardo y Quiti Mánver. El asesinato ocurrió en 1926, en la dictadura de Primo de Rivera, y estaba relacionado con un robo un tanto chapucero. Fue a raíz de este crimen que se elaboró el decreto ley de bandidaje y terrorismo, que con distintas modificaciones ha venido aplicándose hasta ahora. Dicho decreto les fue aplicado, con efecto retroactivo, a los culpables de dicho crimen. El juicio que se llevó a cabo fue, en opinión de Costa, "una monstruosidad jurídica".

El crimen de Don Benito, uno de los crímenes más populares en su época, y conocido posteriormente por la obra teatral y la película que se han hecho sobre él, es el tercer capítulo, aún por rodar. Con guión de Álvaro del Amo y Luis Ariño, la dirección correrá a cargo de Antonio Drove, quien contará con Paco Vidal y Emma Penella en los papeles principales. El crimen de una muchacha y su madre, en 1902, a manos del hijo de un cacique de la zona y su amigo, ha servido a Drove para hacer un auténtico documento centrado en la lucha de una población contra los caciques.

El asesino vive

El último capítulo, dirigido por Pedro Costa y con guión de él y Antonio Rovinad, es El caso de Carmen Broto. Para el papel protagonista se ha propuesto a Ana Belén, quien aún no ha decidido su participación. El crimen de una prostituta de lujo, ocurrido en la Barcelona de 1949, provocó la estampida de numerosas personalidades de la época, que se supone estaban implicadas o relacionadas con la víctima. Costa llegó a estar con uno de los asesinos, que vive y ha cumplido su condena, aunque sigue guardando un escrupuloso silencio, en el supuesto de que realmente sepa quién le pagó el trabajito. Los otros dos murieron suicidados con cianuro, horas después del crimen. Como en el caso de las estanqueras de Vallecas, en la serie se dan conclusiones distintas a las que llegó la justicia.Costa señala que por encima de toda la serie flota un alegato contra la pena de muerte. La serie cuenta con un presupuesto total de 500 millones de pesetas y será emitida en 1991.

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