El arquitecto Pérez Arroyo habla de crear una estética para el automovilista
Salvador Pérez Arroyo, arquitecto madrileño de 45 años, ultima la guinda de la operación Cristo Rey: una torre de 90 metros de altura, recorrida interiormente por dos ascensores, que acabará en una plataforma circular acristalada de unos 500 metros cuadrados. La torre servirá para iluminar la zona, controlar el tráfico y establecer un centro de transmisiones. El autor del Planetario, del Rockódromo y del polideportivo de Vallecas, y ganador del concurso para hacer el Circo, asegura que la torre de la carretera de La Coruña obedece al deseo de crear "una estética para el automovilista".
Pérez Arroyo, catedrático de Construcción en la Escuela de Arquitectura de Madrid, premio de Investigación del Colegio de Arquitectos de Madrid y premio de Arquitectura y Urbanismo del Ayuntamiento, está continuamente en el candelero de la construcción madrileñaEl aparcamiento de la calle del Sacramento, cuyas obras supervisa la Comunidad de Madrid por si aparecen restos de la medina árabe, ha sido un proyecto de Pérez Arroyo. El circo estable que se construirá junto a la plaza de toros de Las Ventas será otro proyecto de este arquitecto. Los equipos que han realizado el subterráneo de la plaza de Cristo Rey han seguido los planos con los que Pérez Arroyo ganó un concurso al que, mayoritariamente, se presentaron trabajos de Ingenieros. También, como padre de la criatura, Pérez Arroyo acaba de proponer la sustitución de las placas de hormigón reforzado que cubren la cúpula del Planetario y que se resquebrajaron por otras de aluminio lacado, más ligeras.
"Estoy trabajando para esta corporación [centro-derecha] lo mismo que para los socialistas", dice este arquitecto, que no sólo ha centrado su actividad en Madrid sino que ha ganado recientemente el concurso para realizar el Coliseo de La Coruña, el mayor auditorio cubierto de España, con capacidad para 10.000 espectadores.
De momento, Pérez Arroyo ultima los planos de la torreta que se levantará junto al Arco de la Victoria, para la cual el presupuesto previsto es de 250 millones de pesetas, y modela en arcilla las fuentes, de unos 25 metros de largo, que, en acero inoxidable, se colocarán en la plaza de Cristo Rey. "La torreta de iluminación será al mismo tiempo un centro de control de tráfico y un hito de referencia de entrada en la ciudad por la carretera de La Coruña", dice Pérez Arroyo.
'Platillo' circular
Esta torreta, que se levantará junto al puente de Torroja, en la confluencia de las avenidas de los Reyes Católicos y del Arco de la Victoria, tendrá 90 metros de alto y una cimentación de 20 metros de profundidad. Su base estará formada por dos cuerpos de acero en cruz, uno de siete metros de largo y el otro de cinco metros. Su parte superior estará formada por un platillo circular de unos 500 metros cuadrados, de superficie cubierta y de bordes acristalados. Además de como puesto de control, está previsto utilizarla como centro transmisor, para lo que numerosas emisoras de radio ya han pedido permiso para la instalación de antenas."Los túneles, aunque útiles, son cirugía de guerra que hay que limitar", dice este arquitecto. "Mi proyecto para la plaza de Cristo Rey ha intentado controlar la destrucción que los túneles producen en cualquier ciudad. En concreto, este subterráneo incide en una de las zonas mejores y más consolidadas de la ciudad, en una de las puertas más importantes de Madrid, por lo que no era posible resolverlo con una solución dura. Por ello se ha puesto iluminación y ventilación natural, con el fin de que se haga permeable la vida subterránea de la ciudad. Me he preocupado fundamentalmente de que la intervención sea acorde con la calidad arquitectónica de la zona", añade.
Pérez Arroyo defiende la dignidad de los distintos niveles en que está dividida la ciudad. "Un túnel mal tratado degrada la ciudad y el entorno. Las empresas son cada vez más sensibles a la capacidad de destrucción de sus obras en el entorno. La solución no es crear conductos ciegos y pintados de colores, sino de permeabilizarlo hacia el exterior. Cuando trabajaba en el proyecto de Cristo Rey manejé túneles rodeados de fuentes y jardines interiores", dice.
Alejar la Administración
Este arquitecto considera que Madrid va por detrás de sus necesidades en infraestructura y sufre una acumulación de viviendas equiparable a la que se produce en países del Tercer Mundo. Partidario de crear fuera de Madrid una ciudad administrativa con aeropuerto y metro, de que la Comunidad Autónoma realice un programa de salvación de los cascos urbanos de la sierra madrileña y de lograr una centralización cultural para fomentar el turismo interno de la capital, Pérez Arroyo afirma que "Madrid responde a un modelo romántico de izquierdas"."En España el Estado ha hecho durante estos últimos años una política socialdemócrata moderna, mientras los Ayuntamientos, en general, tenían una actuación teñida de infantilismo de izquierdas.
Ésa es la razón por la que en muchos municipios se está perdiendo el voto. Durante la alcaldía de Enrique Tierno Galván, aunque no por él, Madrid tuvo una política muy romántica y desfasada".
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