Un 'topo' en el sindicato clandestino de la Guardia Civil propicia un duro golpe a la organización
La infiltración de un topo en el Sindicato Unificado de la Guardia Civil (SUGC) -organización clandestina- propició el pasado martes la detención en Tarragona de dos destacados miembros del colectivo, uno de ellos José María Baz Bonilla, supuesto secretario general. Los dos detenidos ingresaron ayer mismo en una prisión militar, procesados por un presunto delito de sedición. Luis Roldán, director general de la Guardia Civil, afirmó que las detenciones, junto a la requisa de abundante documentación, suponen un duro golpe para la organización clandestina.
El secretario de organización del clandestino Sindicato Unitario de la Guardia Civil (SUGC) advirtió la semana pasada de la existencia de un topo que es miembro del servicio de información del cuerpo. Sólo unos días más tarde, se ha producido la detención de Baz Bonilla y Francisco Pedro Ruiz Fernández. El infiltrado, según el citado dirigente, "incluso asistió a una de las reuniones del SUGC celebrada en el Monasterio de Piedra, en Zaragoza, hace unos dos meses".Baz Bonilla viajaba en un automóvil, en el momento de su detención, con José Velázquez Soriano, ex guardia civil que durante varios años estuvo en los servicios de información del cuerpo. Tras prestar declaración ante el juez togado militar de Barcelona, Ricardo Izquiedo, Baz Bonilla y Ruiz Fernández, destinados en el servicio fiscal de la Guardia Civil de Tarragona, ingresaron ayer en la prisión militar del castillo de Figueras, donde cumple su condena el ex teniente coronel Antonio Tejero por su intervención en el intento de golpe de estado del 23F.
El secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, declaró ayer en La Coruña que la sindicación de la Guardia Civil no es una reivindicación democrática". "El Gobierno español ha optado porque haya dos cuerpos de seguridad, uno civil y otro militar, al igual que sucede en otros países europeos con democracias consolidadas desde hace tiempo".
Ideólogo
Baz, considerado el ideólogo de la organización nació en León en 1956 y entró en la Guardia Civil en 1976, procedente del Ejército. Llevaba en Tarragona casi cuatro años. Interior lo señala como el secretario general del SUGC, extremo que él negó ayer ante el juez militar. Baz Bonilla pertenece a la rama moderada del SUGC y estaba enfrentado con la actual dirección, surgida del congreso celebrado a principios de este mes en Bilbao y encabezada por el sector más radical.
Ruiz Fernández es natural de Almería, tiene 32 años y es hijo de guardia civil. Ingresó en el cuerpo en 1976, procedente del Colegio de Guardias Jóvenes. En esa fecha fue destinado forzoso a Tarragona.
Entre la documentación intervenida en el domicilio de Baz, calificada como muy importante por fuentes cercanas a la investigación, figuran diversas actas de reuniones constituyentes de comités provinciales del SUGC, correspondencia con otros miembros del sindicato y con su promotor, el cabo Manuel Rosa Recuerda, encarcelado en la prisión militar de Alcalá de Henares, con quien el detenido mantenía una estrecha relación de amistad, informa Josep Garriga, desde Tarragona. También se encontraron recortes de prensa y comunicados, así como listas de afiliados al sindicato, por lo que no se descartan nuevas detenciones. Fuentes próximas a la investigación han destacado que existen datos sobre un centenar de personas. El servicio central de información de la Guardia Civil analizaba ayer la documentación requisada. Según estas fuentes, en las listas figuran miembros del sindicato y otros guardias que no lo son, pero a los que se pretendía captar.
El juez Ricardo Izquierdo declaró ayer que la documentación intervenida "es suficiente para ordenar el procesamiento de los dos agentes". La acusación contra ellos es de sedición y actividades sindicales clandestina en la Guardia Civil, cuerpo de carácter militar en el que, por esa condición, está prohibida la sindicación.
Baz Bonilla, cuya esposa, Victoria Rodríguez, es una de las fundadoras de la Asociación de Cónyuges de Guardias Civiles, había mantenido en los últimos meses diversas reuniones con diferentes líderes del SUGC para establecer la estrategia a seguir en el futuro. En todos sus desplazamientos fue seguido por miembros del servicio de información de la Guardia Civil.
Fuentes próximas al SUGC consideran que la detención de Baz en este momento obedece al deseo de Interior de abortar el proceso de consolidación del sindicato una vez que estaba prevista la celebración de un congreso. Los miembros del sindicato no consideran desarticulada la organización. Uno de los dirigentes de la región valenciana declaró ayer que, al conocer las últimas detenciones, se ha celebrado una reunión "en el norte" para analizar la situación.
El cabo Manuel Rosa, destacado dirigente del SUGC preso en Alcalá de Henares desde marzo, manifestó ayer que la detención de Baz Bonilla -a quien calificó como "un demócrata reconocido como tal por los miembros del cuerpo"- y Ruiz Fernández no suponen ningún golpe importante para el SUGC. "La próxima semana se hará un acto público masivo, para que Interior vea que no ha desarticulado nada", afirmo.
Con las dos detenciones del pasado martes, son ya ocho los guardias encarcelados en prisiones españolas por su pertenencia al SUGC.
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