Un inspector de Málaga dice que es normal que los policías guarden hachís de "recuerdo"

El ex inspector jefe de la Policía Nacional Francisco Durán manifestó ayer, en el transcurso de la vistal oral de una causa que se sigue contra él, "es normal entre policías que se guarden dosis de hachís como recuerdo" después de cumplimentar un servicio de estupefacientes. Durán dijo también que el hachís se utiliza para pagar a confidentes.

El policía se defendía así de las acusaciones del fiscal, que pide una condena de seis años de prisión por un delito contra la salud pública y cuatro más por tenencia ilícita de armas. Durán fue arrestado el 9 de mayo de 1988, encontrándose en el domicilio de su esposa, de la que lleva separado dos años, nueve gramos de hachís, una escopeta de cañones recortados y diversos documentos con referencia a operaciones de droga.Francisco Durán, de 40 años y con más de 20 de servicio, se encuentra en la actualidad en libertad provisional bajo fianza de 200.000 pesetas y suspendido de empleo y sueldo. El inspector fue detenido por funcionarios de la Brigada de Régimen Interior desplazados hasta Málaga cuando prestaba servicio en las dependencias de la Audiencia Provincial.

Durán estuvo antes al frente del Grupo de Estupefacientes de la Costa del Sol con sede en Benalmádena, y del Grupo de Atracos de la Comisaría de Málaga.

El juicio, celebrado ayer en la Sección primera de la Audiencia Provincial de Málaga, quedó visto para sentencia con la petición de 10 años de cárcel para Francisco Durán y cuatro de prisión para su actual compañera, María Dolores Navarro, acusada de un delito contra la salud pública.

En el transcurso de la sesión el policía justificó que se encontraran nueve gramos de hachís en el domicilio habitado por su mujer, sito en la avenida de América de Málaga, "porque era el recuerdo de una operación" y además, apostilló, "la droga estaba seca".

Durán se autocalificó de "negligente" por la aparición también en ese registro de una escopeta de cañones recortados y urdió una compleja historia para justificar su procedencia. Dijo que un antiguo confidente se la había regalado después de arrebatársela a unos traficantes y que se la quedó porque "estaba lacada y era bonita".

En el juicio prestó declaración el jefe de los grupos operativos de la Brigada de Régimen Interior, identificado en todo momento sólo con un número, que explicó que un año antes de la detención tenían fundadas sospechas de las presuntas actividades delictivas del agente por "el tren de vida que llevaba, con residencia en un piso de primera línea de playa de la localidad del Rincón de la Victoria y conduciendo un vehículo Golf GTI de 16 válvulas".

"Además", apostilló, "en el momento del arresto el acusado vestía un traje de 70.000 u 80.000 pesetas, algo habitual en él".

Anotaciones

El testigo dijo que las anotaciones encontradas en su poder eran propias de un traficante y formuló una hipótesis según la cual el sueldo de funcionario no sería suficiente para tener las propiedades antes reflejadas, pasar una manutención a su mujer y dos hijos y convivir con otra mujer.El abogado defensor del inspector, Adrián Broncano, que solicita para éste su absolución, inquirió al testigo para que explicase cómo se había decidido a iniciar el servicio, recibiendo la negativa del jefe de la Brigada de Régimen Interior con el apoyo del presidente de la sala, Manuel Rodríguez, que le exhortó a que no respondiese a este tipo de cuestiones.

También prestó declaración la esposa del acuasdo, María del Carmen Baena, que trabaja en la actualidad como auxiliar en la Comisaría de Policía de Torremolinos y que en respuesta de las acusaciones del elevado nivel de vida que llevaba su marido, dijo: "Estábamos entrampados como todos".