El anuncio de continuidad de González paraliza los movimientos sucesorios en el PSOE
El anuncio del presidente del Gobierno, Felipe González, de que no piensa abandonar la política, contrariamente a lo que dijo en el mes de junio, ha introducido un elemento de "estabilidad" en el PSOE y ha paralizado todo movimiento con vistas a la sucesión cuyos perfiles iban a ponerse de manifiesto en el congreso del mes de noviembre de este partido. Dirigentes del PSOE interpretan que González ha percibido indicios de "guerras internas" por la sucesión.
Estos Indicios han servido de aviso a Felipe González para pensar que la organización aún no está madura para designar sin traumas a la persona que le sustituya. Una vez segura la continuidad en la cúpula del partido, éste no será elemento de debate del congreso, que será sustituido por una discusión sobre "la renovación" del partido tanto en sus mensajes como en la estructura organizativa.Las palabras del presidente del Gobierno, Felipe González, en Canadá arrepintiéndose de su anuncio del mes de Junio de abandonar la política han sido objeto de numerosos comentarios entre los dirigentes del PSOE en las últimas horas.
Pinchado el globo
Los más fervorosos partidarios de la continuidad de Felipe González y de Alfonso Guerra, es decir, la inmensa mayoría del partido, afirman que "se ha Pinchado el globo de la sucesión", lo que ha tenido un doble efecto. "Quienes querían a toda costa que continuara están eufóricos y quienes estaban en el debate del posfelipismo se han tranquilizado al ser conscientes de que aún no ha llegado el tiempo de que las piezas del dominó se muevan", coincidían los dirigentes consultados por este periódico.En el terreno de las interpretaciones estos interlocutores creen que Felipe González ha apreciado que sus propias palabras lejos de "abrir un debate sereno" como pretendía con el argumento de que los liderazgos en democracia no deben ser ni eternos ni insustituibles, habían provocado enfrentamientos soterrados que muy bien podían estallar de forma virulenta según se fuera aproximando el congreso del partido.
En conclusión de estos dirigentes, el secretario general del PSOE "ha debido considerar que el partido aún no está maduro para debatir sobre la cesión".
A todo ello suman el periodo político inestable que se abrió después de las elecciones generales del pasado mes de octubre, presidido por las dudas que se arrojaron sobre la limpieza electoral, a lo que siguió el debate sobre la corrupción política. Estos interlocutores consideran que González ha debido pensar que su abandono ahondaría aún más "la crisis institucional" que se aprecia desde la presidencia del Gobierno. El propio Alfonso Guerra reconocía en la tarde del miércoles en el Congreso de los diputados que "había intentos de desprestigiar el sistema democrático", aunque puso en duda que quienes lo pretendían "lo consiguieran".
Una vez que el debate sucesorio se da por zanjado la palabra más repetida entre los dirigentes del PSOE es la de "renovación" como una necesidad que debe plasmarse en el congreso del próximo otoño. "Renovación en las personas, en la estructura organizativa y en el modelo de partido". El diagnóstico sobre las deficiencias del PSOE es bastante coincidente en los dirigentes provinciales, en los miembros de la ejecutiva y en los ministros, pero no tanto en la "terapia a aplicar" toda vez que reconocen las "resistencias" que hará para poner fin a un modelo de partido centenario.
Los socialistas además caen ahora en la cuenta de que tras ocho años de poder el papel de las agrupaciones ha quedado minimizado así como el de los militantes, de manera que todo el protagonismo está en las instituciones.
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