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Otra pena de muerte se aplicará hoy en EE UU

Sólo un milagro o una muy improbable acción política de John Asbcroft, el gobernador de Misuri, podría salvar de la muerte a Leonard Laws, un condenado a la pena capital al que hoy, jueves, le será inyectada una dosis letal en la penitenciaría de Potosí, a 50 kilómetros de la ciudad de San Luis.

Los responsables de las organizaciones civiles que están tratando de impedir la ejecución se mostraron ayer pesimistas sobre las perspectivas del recluso. El pasado sábado, el gobernador John Ashcroft se negó a firmar el perdón de Winford Stokes, otro condenado a muerte, que fue ejecutado de acuerdo con lo previsto.Si Laws atraviesa hoy el corredor de la muerte, su nombre pasará a engrosar la larga lista de norteamericanos que han sido ejecutados desde 1976, año en que la Corte Suprema de Estados Unidos reinstauró la pena capital en este país. Desde entonces, 125 personas han sido electrocutadas, envenenadas, fusiladas o gaseadas.

Laws, de raza blanca y de 40 años de edad, fue condenado a la pena capital hace ocho años, cuando un jurado le declaró culpable del asesinato de una pareja de ancianos. Pero Laws, un veterano de la guerra de Vietnam, no es el único recluso que en estos momentos cuenta las horas que le faltan para morir.

Mañana, viernes, está prevista la ejecución de otro condenado. Se trata de Dalton Prejean, un hombre de raza negra de 30 años de edad, sentenciado a muerte desde mayo de 1978. Prejean fue condenado por haber matado a un policía blanco en Luisiana. El condenado es retrasado mental y tenía 17 años cuando cometió el asesinato. En noviembre del pasado año, el Comité de Perdón del Estado votó a favor de conmutarle la pena, pero el gobernador del Estado, Buddy Roemer, se negó a firmar la recomendación.

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Estados Unidos es la única democracia occidental que reconoce la pena capital. Sólo otras dos naciones industrializadas siguen aplicándola: la Unión Soviética y el régimen racista de Suráfrica.

La pena de muerte fue abolida en Canadá en 1976, y desde entonces el índice de criminalidad ha disminuido. En 1987, el Parlamento canadiense rechazó una propuesta para reinstaurar la pena capital.

Pese a que el 85% de los norteamericanos está a favor de la pena de muerte, este tipo de castigo sigue siendo un tema polémico en Estados Unidos. Según las organizaciones civiles que persiguen la abolición de la pena de muerte, los índices de criminalidad son más bajos en los 13 Estados donde no se llevan a cabo ejecuciones.

Otro de los aspectos polémicos del debate sobre la pena de muerte es el racial. Las estadísticas señalan que el 84% de los ejecutados han sido convictos de raza negra encarcelados por matar a personas de raza blanca. Este actor ha llevado al senador demócrata por Massachusetts Edward Kennedy a solicitar una investigación oficial que demuestre que los fiscales norteamericanos disponen de "claras evidencias" de que la raza no es en Estados Unidos un factor a la hora de condenar a un criminal a la pena de muerte.

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