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Los Angeles Lakers, eliminados por Phoenix

Los Lakers de Los Ángeles, ocho veces finalistas y cinco veces campeones de la Liga profesional norteamericana de baloncesto (NBA) en los años ochenta, comenzarán el nuevo decenio mirándose en su pasado. Parece increíble, pero Magic Johnson y James Worthy ya no bastan para ganar un título, lo que quedó evidenciado el martes cuando perdieron en su cancha por segunda vez, 103-106, y fueron eliminados de la serie final por los Suns de Phoenix (44).

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Es la primera vez desde 1981 que los Lakers no consiguen clasificarse para la semifinal, dato que seguramente pone fin a. una época larga y gloriosa. Johnson tiene 30 años y Worthy 29, pero, colectivamente, suman 19 temporadas. Si hay algo que la NBA no perdona son los años. Sólo hay que preguntárselo a Larry Bird y los Boston Celtics.Aun así, ese desenlace resulta totalmente inesperado y amargo. Los Lakers encabezaron la tabla general con 63 victorias, seis más que el año pasado, cuando jugaron con el gran Kareem Abdul-Jabbar, y no parecían tener rival serio, salvo el Portland Trail Blazers y el campeón, el Detroit Pistons. Definitivamente, no eran los Suns, perdedores de tres de los cuatro encuentros que sostuvieron estos equipos en la temporada regular.

El genio

Nadie lo pronosticó, ni siquiera Pat Riley, de los Lakers, quien fije seleccionado entrenador del año por primera vez en su carrera, y menos Cotton Fitzsimmons, el técnico de los Suns, quien, en sus 17 años como preparador, nunca había ganado a los Lakers en Los Angeles. Pero si alguien ha sido el genio de la victoria ése fue Fitzsimmons, un veterano de 58 años, que reconoció que tenía una plantilla más joven y mejor preparada. Los Suns remataron a los Lakers de la misma manera como éstos solían eliminar a los contrarios durante los años ochenta: con un ritmo frenético y constante. El dominio de los Suns en los rebotes y el juego espectacular del base Kevin Johnson, que sumó 37 puntos y ocho asistencias en el último partido, fueron las razones fundamentales de la victoria, pero también figura el cansancio y los errores mentales de los Lakers. A la hora de la verdad, los Lakers dejaron de ser los eternos campeones.

El martes, los Lakers iniciaron el partido con un parcial de 35-20 en el primer tiempo, una diferencia que levantó esperanzas falsas. Poco a poco, los Suns remontaron: 61-53 en el descanso, 80-77 en el tercer tiempo, 90-90 en el cuarto. Magic Johnson, que jugó los últimos dos partidos con una desesperación controlada, sumando 43 puntos en cada uno, intentó hacerse con el control. Marcó una jugada de tres puntos y un lanzamiento, devolviéndoles la ventaja a los Lakers, 95-90. En años anteriores, con el actor Jack Nicholson y otros 17.000 espectadores chillando a niveles ensordecedores, esto habría sido un lance mortal. Pero no en 1990, primer año de una nueva década, una nueva época. El yugoslavo VIade Divac cometió una falta tonta que le otorgó dos tiros libros a Jeff Hornacek y la ventaja al Phoenix, 97-98. En la siguiente posesión, Hornacek, una de las revelaciones de la serie, encontró al pivot Mark West solo debajo de la canasta y éste consiguió un mate y aumentó el marcador a 97-100.

Los errores

Dos tiros libres de Kevin Johnson pusieron el marcador en 97-102. Byron Scott dio vida a los Lakers con un triple cuando faltaban 38 segundos para el final. Los Lakers recobraron el balón faltando 12 y entonces cometieron su primer error. En vez de cantar tiempo muerto, Magic Johnson intentó llevar el balón de canasta a canasta fallando una entrada dura. Hornacek cogió el rebote, recibió falta y encestó dos tiros libres para poner el marcador 100-104 cuando restaban 6,5 segundos. Otro triple de Scott animó de nuevo la esperanza de los Lakers. Pero dos tiros libres de Kevin Johnson aseguraron el triunfo y, cuando los Lakers intentaron un saque lateral para la última jugada, Michael Cooper botó el balón por error, jugada indigna de un aspirante. Nadie anticipó este final, ni siquiera los Suns, que no estaban seguros si celebrarlo en la cancha o salir corriendo discretamente hacia el vestuario.

La pena estaba marcada en la cara de Riley, que había anunciado la victoria. "Nunca he visto a un equipo tan bien preparado contra nosotros como los Suns", afirmó Riley. "Sabían todas nuestras jugadas. Anularon nuestra ofensiva. Hay que aplaudir a Cotton, sus ayudantes y la organización del Phoenix. Si esto es solamente un paso hacia un título, este club será un serio peligro durante los próximos años".

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