Amores que matan
Movilizaciones feministas contra la sentencia de una supuesta violación a una oligofrénica
La sentencia de la Audiencia de Granada que asegura que las lesiones en los genitales de Susana G. B. producidas en un presunto caso de violación fueron consecuencia de la "explosión amorosa" ha causado la indignación de los círculos feministas, que han convocado para hoy acciones de protesta. El magistrado ponente, Eduardo Rodríguez Cano, que la pasada Semana Santa absolvió a Jesucristo de los delitos de "blasfemia, rebelión y sedición", se negó ayer a hacer declaraciones. Para él "toda sentencia es un acto de amor".
Las dos personas absueltas del supuesto delito cometido contra Susana G. B., una mujer de 28 años que padece una oligofrenia leve, reclamarán una indemnización por los dos años pasados en prisión preventiva.Rodríguez Cano, que convalece en una clínica de Granada de una reciente operación de hernia de disco, basó su silencio en que la sentencia ha sido emitida por un órgano colegiado y, aunque él haya sido su redactor, está firmada por un tribunal del que forman parte además los jueces Carlos Bellver y José Cáliz Covaleda. Aunque en la sentencia no consta, la tesis defendida por los magistrados es que las lesiones leves descritas en el parte médico, que tardaron diez días en curar, son las propias de una desfloración y de tres relaciones sexuales seguidas, una de ellas anal.
Sin embargo, el defensor de las dos personas absueltas, Pedro Jiménez Utrilla, recordó que durante el juicio se presentaron dos partes médicos distintos. En el primero, emitido el mismo día de los sucesos, se habla de "arañazos y lesiones muy leves, lo típico del desvirgamiento", señaló el abogado. El segundo parte, en cambio, agrava las lesiones añadiendo heridas que "es imposible que pasaran desapercibidas en la primera inspección". Jiménez Utrilla se negó a comentar los términos más polémicos de la sentencia y se limitó a señalar que el fallo ha recogido lo fundamental de su defensa.
El abogado defensor de Abdelhak Taki y Abdelkader Metrouch, ciudadanos marroquí y argelino, respectivamente, confirmó que sus clientes reclamarán al Estado una indemnización cuyo montante aún no han calculado por los dos años menos 12 días que han permanecido en la cárcel a la espera de Juicio. Estas dos personas han denunciado los ataques racistas a que han sido sometidos durante el tiempo de reclusión.
El juez Eduardo Rodríguez Cano, una persona abierta, es a juicio de algunos de sus compañeros un tipo "un tanto raro". El magistrado, nacido hace 48 años en Tíjola (Almería), casado y con tres hijos, ha sido objeto de atención informativa en los medios locales en distintas ocasiones. En 1989, en solitario, apoyó y mantuvo su candidatura a presidir el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía frente a los dos candidatos oficiales, Andrés Márquez Aranda, que fue elegido finalmente, y Rafael Caballero Bonald. Rodríguez Cano se presentó entonces como un juez que basaba su actuación en el humanismo.
Religioso, pero no beato
La pasada Semana Santa, Rodríguez Cano redactó una sentencia, que usó como pregón para una cofradía penitencial, por la que absolvía a Jesucristo de los delitos de "blasfemia, rebelión y sedición". En una entrevista publicada en el diario Ideal, Rodríguez Cano se declaraba un hombre "muy religioso pero no beato" y aseguraba que "toda sentencia es un acto de amor".Juan García Carrasco, un vecino de Guadix, al leer la noticia se apresuró a escribir una carta a los diarios locales que no fue publicada: "Leo con interés su sentencia por la que absuelve a Jesucristo de los delitos por los que fue condenado a morir en la cruz hace 2.000 años, y que usted está convencido de que si la causa se hubiera desarrollado con todas las garantías jurídicas de hoy los que actuaron como jueces no lo hubieran condenado y yo le pregunto, ¿por qué no revisa también todo el sumarlo 14 / 75 seguido contra Juan García Carrasco por usurpación de terrenos siendo usted juez de primera instancia de Guadix?".
El magistrado es poeta y toma como inspiración los casos que él mismo juzga y sus versos se han publicado en la prensa granadina. Rodríguez Cano también es conocido como presidente e impulsor de la Casa de Almería en Granada. Es buen cocinero y a veces guisa en un restaurante cercano a la Audiencia. Sin embargo, ha sido ahora, con la polémica redacción de la sentencia, cuando su nombre ha adquirido unos ecos menos anecdóticos
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