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Un sindicato asegura que hay un montaje para vengarse del comisario Baniandrés

El comisario Mariano Baniandrés, defensor caracterizado de la policía democrática en la transición, se encuentra acusado por varios subordinados de Irún (Guipúzcoa) de tentativa de asesinato e implicación en tráfico de cocaína. Otros policías de la misma comisaría y representantes del Sindicato Profesional de Policía (SPP) hablan de burdo montaje y consideran que se trata de pasar factura al comisario Baniandrés por no haber dejado las cosas como estaban, incluido algún escándalo relacionado con drogas.

La denuncia fue presentada el 2 de mayo por la noche ante el Juzgado de Instrucción número 4 de San Sebastián. El policía José Antonio Atienza y el oficial (antiguo cabo de la Policía Nacional) Emilio Prado, ambos dirigentes del sector crítico del Sindicato Unificado de Policía (SUP), acusaron a Baniandrés de haber intentado asesinar días antes a otro funcionario, Antonio Palomino. Le imputaron también haber ofrecido al policía José Carlos Revenga que pasara droga a otro compañero, Félix Díaz Deive, para poder detenerlo más tarde.La razón de esta propuesta de implicar falsamente a Díaz Deive sería, según los denunciantes, el conocimiento por este policía de datos suficientes para relacionar a Baniandrés con el tráfico de drogas. Según Díaz Delve, el comisario protege a Emilio el Negro, hijo de un policía municipal de la ciudad fronteriza y encargado de sacar al mercado clandestino parte de los 145 kilos de cocaína desaparecidos de un alijo de una tonelada entre su incautación en Irún el 7 de mayo de 1988 y su entrega al juzgado de la capital de Guipúzcoa.

La reacción no se ha hecho esperar. El Sindicato Profesional de Policía (SPP), que dice representar al 98% de la escala ejecutiva (antiguo Cuerpo Superior) de la comisaría, calificó ayer el asunto de burdo montaje urdido con pruebas falsas. La juez encargada del caso ha recibido un vídeo grabado a las cuatro de la madrugada, según los denunciantes, donde se recoge el intento de asesinato de Baniandrés a Palomino. Atienza declaró ayer ignorar el motivo de que Palomino se encontrara en la calle a esa hora con un vídeo.

llocalizables

Tanto Palomino como Revenga y Díaz Deive se encuentran fuera de Irún e ilocalizables, añadió el dirigente del SUP crítico. Atienza tampoco supo explicar qué indicios permiten relacionar al traficante Emilio el Negro con la cocaína supuestamente desaparecida del alijo de una tonelada ni quién se la habría hecho llegar desde la policía. "Yo creo a los denunciantes, pero quienes deben dar cuenta de sus acusaciones son ellos", declaró José Antonio Atienza.El comisario Baniandrés se niega a hablar del caso. Alega órdenes superiores y una completa confianza en que la justicia aclarará el embrollo y descubrirá si se han manipulado pruebas. Policías favorables al comisario, no obstante, apuntan como causa del intento de escándalo la actitud profesional de Baniandrés. Licenciado en Ciencias Políticas y Derecho, fundador de la Unión Sindical de Policía (USP) y responsable de la brigada antigolpe en los primeros años de la década de los ochenta, llegó en enero de 1989 al País Vasco voluntariamente y decidido a sanear y profesionalizar la empresa.

"Ha querido limpiar esto y le están pasando factura", afirman sus partidarios. Baniandrés ha expedientado a policías a los que ha sorprendido personalmente en situaciones comprometedoras.

Dos de los denunciantes del comisario, Díaz Delve y Revenga, se encuentran suspendidos de funciones, por posesión de drogas y falsificación de partes médicos de baja, respectivamente. El primero ha estado tres años expulsado de la policía; el segundo se encuentra procesado por falsificación de documento público.

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