Burocracia

Muchos se quedan en el paro, y a veces de la manera más tonta. Me pasó a mí. Localizo la oficina de empleo/desempleo que me corresponde y me doy de alta el 13 de julio de 1989.Me habían comentado que había un truco muy bueno para cobrar toda la prestación correspondiente de una vez, y como es sencillo, me invento un proyecto para montar un negocio que nunca va a existir y me apunto a la capitalización por prestación única. Pasan los meses de agosto y septiembre sin tener noticias, pero me aseguran que esto es normal. En octubre encuentro empleo y mi conciencia comienza a despertar. El remordimiento es superior a mi avaricia y renuncio a la solicitud en noviembre. En diciembre no tengo noticias. En febrero, la señorita que me atiende sugiere que vuelva el mes que viene. En marzo están de traslado y "Prestaciones" no me puede atender. Y en abril mi indignación es tan desmesurada que, muy decidida, me intereso de nuevo por la situación de los tres meses de indemnización que el paro me debe. Pues no, en abril tampoco hay noticias. La señorita se limita a decirme que no me enfade.

Larguísimas esperas y colas me conducen, por fin, a una persona, un oasis, que comprende que cinco minutos de atención son suficientes para descubrir que habría que rescatar mi expediente "traspapelado" y dedicarle otro minuto más para poner el asunto en el buen camino. Mi indignación se vuelve agradecimiento desmesurado. Y me informa que la prestación única llevaba concedida desde el mismo mes de julio de 1989.

Tengo tantas preguntas: ¿por qué, sabiendo que algo no marchaba bien, no se molestó nadie en ayudarme?; pero, sobre todo, ¿cómo había sido yo tan tonta como para querer ser legal? Ése fue mi gran fallo-