La difícil elección de reducir el capital
La decisión que más polémica interna ha generado Emilio Ybarra al frente del Banco Bilbao Vizcaya (BBV) en sus primeros 100 días ha sido, sin duda, la reducción del capital presentada y aprobada por la junta general de accionistas de la entidad.La nueva legislación impide que las sociedades que cotizan en bolsa tengan, a finales de este año, un volumen de autocartera superior al 5% de su capital. Las soluciones para lograr este objetivo son varias. La más obvia es dejar caer el precio de las acciones en los mercados hasta que se forme un precio tal que los inversores estén dispuestos a comprar acciones.
Es la fórmula que los teóricos del libre mercado defienden. Pero es, también, la fórmula que en la práctica nadie se atreve a poner en marcha. Otra de las vías a considerar, y que ponen en marcha algunos, es colocar paquetes de relativa importancia entre inversores institucionales cuya fidelidad a la inversión es limitada y, por tanto, puede volverse en cualquier momento.
La tercera vía, la que se plantea de forma clara en el texto legal de la nueva ley de sociedades anónimas, es reducir el capital por un importe equivalente al exceso de autocartera existente. Fue la vía elegida por Emilio Ybarra y planteada a los órganos de dirección de la entidad.
"Al principio sorprendió la propuesta", reconoce el presidente de la entidad, "porque hablar de reducción de capital suele interpretarse como sinónimo de dificultades, de problemas". Pero a medida que se discutía fue aceptándose no sólo como una buena salida, "sino como la única posible si se quiere actuar según las reglas del mercado".
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