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LA INVESTIGACIÓN SOBRE EL PARTIDO POPULAR

Un negociante, amigo de Fraga y consul de Matutes

Ángel Sanchis fue el hombre del maletín que captaba fondos para financiar a Alianza Popular y que ejecutaba de forma reservada, aunque a menudo trascendían con posterioridad, algunas gestiones de carácter político, hasta que Fraga decidió en 1986 poner orden en la tesorería y Abel Matutes perdió progre sivamente protagonismo en el partido.Sanchis conoció a Fraga a través del cuñado de éste Carlos Robles Piquer, quien en 1978 pertenecía ¡al Consejo de administración de Nuevo Banco, entidad que él dirigía y que vendió poco después al Banco de Levante. Con los más de 2.000 millones de pesetas que ganó en la transacción, creó Corporación Industrial 25, SA. Una sociedad en la que dio cobijo como consejero al propio Fraga cuando éste abandonó la presidencia del Partido en marzo de 1979. El veterano líder conservador dispuso en la sede de la sociedad de un despacho acondicionado con cristales blindados pero al que acudió durante pocos meses.

Natural de la localidad valenciana de Albal y procedente de una familia de ingresos modestos, Sanchis disponía ya en esas fechas de una importante fortuna, iniciada con un polémico negocio de gasolineras en Extremadura. "Hombre hecho a sí mismo", de los que Fraga suele poner como ejemplo, fue llamado por el líder conservador en 1981 para dirigir las finanzas de Alianza Popuilar. Un puesto en el que relevó a Begoña Urquijo e Isidoro Giménez, éste último gerente profesional facilitado por el entonces presidente del Banco de Santander, Emilio Botín.

Al poco tiempo de instalarse en su despacho, Sanchis empezó a recibir con frecuencia la visita de Rafael Ansón y de Gustavo Durán, que colaboraron con él en las campañas de imagen. Seis años después, Durán puso en una comprometida situación al Partido Popular. Tras almorzar con Rosendo Naseiro, aseguró a un dirigente del PRIM que si éste partido apoyaba la moción de censura del PP y CDS contra el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina (PSOE), el tesorero del PP garantizaba una gratificación económica millonaria, y también política.

Tras las elecciones de 1986, Fraga optó por poner orden en la contabilidad y las finanzas de Alianza Popular y encargó un detallado informe a Rosendo Naseiro, otro "hombre hecho a sí rnisrno", conocido de su esposa, Carmen Estévez. Sanchis y Naseiro mantuvieron fuertes discusiones, pero el inmigrante gallego contó con el pleno respaldo de su paisano de Villalba.

Sanchis, de acuerdo con su íntimo amigo Abel Matutes, apoyó inicialmente la presidencia de Antonio Hernández Mancha. Pero éste fue apartándose de la vieja guardia fraguista, hasta que Matutes optó por apoyar el regreso de Fraga. Sanchis, que promocionó durante un tiempo la candidatura de Matutes para presidir AP, arremetió contra Hernández Mancha, primero, y participó, después, en las conversaciones para la rendición política del dirigente andaluz. Pero el apartamiento de Matutes y su estilo mercantil le han marginado finalmente de la cúpula del PP encabezada por Aznar.

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