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Desvalijadas 120 cajas de seguridad de una sucursal del Banco Herrero

Un grupo de delincuentes aprovechó el largo puente de la pasada Semana Santa para asaltar la cámara acorazada de la sucursal del Banco Herrero situada en la calle de Raimundo Fernández Villaverde, en Madrid. Los ladrones reventaron 120 cajas privadas de seguridad y se apoderaron de joyas y dinero por valor de 35 millones de pesetas, según las primeras investigaciones. Pero fuentes policiales creen que la cifra real es bastante más elevada.

Los empleados del banco se quedaron estupefactos cuando llegaron en la mañana del pasado lunes a trabajar, tras cuatro días de cierre de las oficinas, y descubrieron que unos ladrones habían desvalijado la práctica totalidad de las 120 cajas privadas de seguridad existentes en la oficina.* No estaban alquilados todos los cofres, sino alrededor de un centenar. "Los delincuentes intentaron abrir también las cajas generales del banco, pero no lo consiguieron", según señalaron ayer fuentes de la sucursal desvalijada.

Los ladrones lograron irrumpir en la oficina a través de un butrón o agujero practicado en el cuarto de los contrapesos del ascensor de la finca número 2 de la calle del General Moscardó, colindante a la oficina financiera, situada en la calle de Raimundo Fernández Villaverde.

Los autores del golpe entraron en el inmueble sin ser vistos, aprovechando que por ser la fiesta de Jueves Santo sólamente se queda de guardia un conserje que se sitúa en un lugar desde el que no pude observar lo que sucede en el interior del portal.

Tras caminar unos metros, descendieron por una escalera y llegaron a un sótano donde se hallan el cuarto de contadores y los contrapesos de los ascensores.

Tras dar un mazazo en un delgado tabique y retirar cuidadosamente cinco o seis ladrillos, los delincuentes, cuyo número se desconoce, lograron acceder fácilmente al interior de la sucursal del Banco Herrero para comenzar a descerrajar una a una las cajas.

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A las 23.45 de la noche del Jueves Santo, la alarma de la sucursal saltó en la sala del 091, que envió a un patrullero al lugar indicado para realizar una inspección.

Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía hicieron una inspección por los alrededores de la sucursal y, al no advertir ningún movimiento extraño, se retiraron un cuarto de hora más tarde, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid.

Los autores del robo aprovecharon el largo puente de Semana Santa para trabajar con total tranquilidad y hacer una selección de lo que querían llevarse.

Joyas y dinero

Forzaron las 120 cajas y se quedaron con lo que les interesaba: las joyas y el dinero. Despreciaron las cuberterías de plata, los documentos notariales y las cartas de amor que un cliente guardaba en el cofre que tenía alquilado. El Banco Herrero asegura que no estaban alquiladas todas las cajas de seguridad, mientras que la policía concretó que únicamente estaban vacías una docena de ellas.

Los butroneros intentaron violentar también las cámaras blindadas de la sucursal del Banco Herrero, pero no lo consiguieron, por lo que tuvieron que conformarse con 200.000pesetas que había en un cajón de la oficina.

Los directivos de la oficina asaltada, que fue inaugurada en el año 1972, han facilitado a la Brigada Provincial de Policía Judicial una relación con los nombres de los clientes perjudicados.

Hasta ayer sólo habían declarado dos de los damnificados por este robo, por lo que los encargados del caso no se atreven a aventurar el montante del botín.

Un portavoz del Banco Herrero declaró que "la sucursal desvalijada cumplía con todas las normas de seguridad establecidas por la legislación vigente".

Fuentes policiales sospechan que los autores del robo "disponían de muy buena información, ya que entraron en la oficina por el único punto vulnerable".

El último butrón bancario perpetrado en Madrid tuvo lugar en la oficina del Banco Central situada en la calle de la Isla de Java, en el distrito de Fuencarral, donde los autores se adueñaron de un botín total valorado en 300 millones de pesetas.

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