La madre del joven muerto por el disparo de un guardia civil en Villalba teme que no se haga justicia
María Ciudad Fernández, madre de José Manuel Santarem, de 23 años, muerto en la tarde del sábado en Villalba a causa del disparo que contra él efectuó un guardia civil de paisano durante una discusión trivial, teme que las autoridades no hagan justicia y que el autor del disparo quede en libertad tras un corto período en la cárcel. La familia no había recibido hasta mediodía de ayer ninguna notificación oficial de lo sucedido, y sólo se enteró de que José Manuel estaba agonizando en el Hospital Clínico cuando un amigo de la víctima llamó a la madre cuatro horas después de producido el suceso.
José Manuel acababa de celebrar su despedida de soltero. Eran las cuatro de la mañana del sábado y a las cinco de la tarde iba a casarse con Rosana García, de 21 años, en Torrelodones. Como era ya tarde salió del bar Joroki, de Collado Villalba, localidad en la que vivía. José Manuel iba acompañado de sus amigos Félix Galindo y de otro joven que se había ofrecido a llevarles a casa en su coche.En el exterior, del bar, situado en el polígono 29 de Villalba, se encontraba otro grupo de cuatro personas, que esa noche había estado también en el mismo local en el que habían estado bebiendo, mientras se gastaban bromas de forma agresiva entre ellos. Según Galindo, él y sus amigos salían tranquilamente del pub cuando vieron que uno de los desconocidos que se encontraban fuera, intentaba convencer a su amiga Esther, que se había adelantado al grupo, para que se dejara acompañar a casa.
Entonces, José Manuel, según afirma Félix, se acercó al grupo y agarró por el brazo a la joven con el fin de evitar que se la llevaran en contra de su voluntad. Uno de los integrantes del grupo sacó entonces una pistola y, sujetando por el hombro a José Manuel, le disparó en el cuello. La bala le atravesó la cabeza.
Encañonado
Félix Galindo Cansado, de 23 años, al oír el disparo se volvió para descubrir cómo otro de los miembros del grupo le apuntaba en la boca con su revólver mientras le sujetaba fuertemente por la pechera. En un descuido de su agresor, Galindo le empujó y pudo huir. En la huida Galindo escuchó la detonación de uno o dos disparos, pero no resultó herido.
Según Galindo, que fue llamado a declarar en el cuartel de la Guardia Civil de Villalba el sábado por la noche, ninguno de los integrantes del grupo se identificó como guardia civil. "Sólo después de ocurridos los hechos lo hicieron", añade. José Manuel fue trasladado urgentemente al puesto de la Cruz Roja en el mismo coche del agresor pero, ante la gravedad de la herida, fue llevado en una ambulancia hasta el Hospital Clínico.
Hacia las seis menos cuarto de la tarde del sábado, más o menos a la hora en que tendría que haber terminado la ceremonia de su boda, José Manuel falleció. Su familia donó los órganos del fallecido. "A pesar de ello al chico se le ha tratado mal", denuncia Pedro García, hermano de la novia de José Manuel: "su cuerpo yacía en el Clínico en una tabla cubierto por una sábana rodeado de suciedad de una forma indignante y vergonzosa".
"Esa no es la forma digna de devolver el cadáver a una madre como prometieron", añade María Ciudad, madre de José Manuel, totalmente destrozada.
La madre piensa que en este caso no se va a hacer justicia. "Temo que mientras mi hijo va a ser enterrado para quedar ahí durante toda la vida, quien le mató esté cuatro días en la cárcel y quede después en libertad. A esto no hay derecho. No lo hay
Los familiares se quejaban a mediodía de ayer de que no les hubiera llegado alguna notificación oficial de lo sucedido y aseguraban que quieren llegar hasta las últimas consecuencias. "Nosotros nos enteramos", dicen, "a las ocho de la mañana por mediación de un amigo". La madre de José Manuel afirma que no se lo han comunicado oficialmente "porque han sido ellos y no podían decir nosotros lo hemos matado". "Nunca pude imaginar que mientras yo me encontraba tan tranquila en mi cama durmiendo mi hijo se estaba muriendo y yo sin saberlo".
"El autor de este hecho", añade María, "ha ido a por mi hijo directamente. No le han disparado ni a un brazo ni a una pierna, ha ido al cerebro directamente, donde sabía que era instantáneo". La bala que acabó con la vida de José Manuel, que trabajaba de electricista, le atravesó la cabeza desde el cuello, por donde penetró, hasta el cráneo, en donde el proyectil encontró salida.
Entre sollozos, María repite una y otra vez a las puertas del Instituto Anatómico Forense: "Mi hijo no merecía morir, de ninguna manera, de la forma que lo ha hecho".
"Quién y por qué ha matado a mi hijo" se preguntaba la madre. Una de las dos hermanas de José Manuel, Mari Ángeles, de 14 años, dice: "no había razón para que mataran a mi hermano". "José Manuel", dice Mari Ángeles, "estaba muy ilusionado. Sus últimos ahorros, 50.000 pesetas, se los gastó en el traje para la boda, que no llegó a estrenar".
La familia de José Manuel, que vive en Villalba, es de origen humilde. La madre está separada y apenas cuenta con medios para emprender las acciones judiciales contra los agresores de José Manuel, pero a pesar de ello el hermano de la novia de José Manuel, Pedro, dice que los hechos serán denunciados por medio de una acusación particular.
El cuerpo de José Manuel será trasladado al cementerio de Villalba hoy lunes para ser inhumado.
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