Lisa Wang, la voz discrepante

La única voz discrepante, aunque un tanto apagada, de la tercera sesión de la Asamblea Popular Nacional fue la de la diputada por Hong Kong, Lisa Wang, una mujer atractiva, actriz y estrella de televisión de la todavía colonia británica, que se atrevió en su corta intervención a mencionar los sucesos del pasado 4 de junio en Pekín, donde la represión militar dejó centenares de muertos entre los manifestantes que pedían libertad y democracia.

Desde que fue designada diputada en 1988 su fama había decaído e incluso la prensa le dirigía epítetos burlones, pero después de su intervención, el pasado día 26, las cosas cambiaron, para ella, y cuando ahora asegura que no sirve para la política, algunos de sus críticos anteriores piden que continúe.

Lisa Wang, sin acritud ni ambigüedad, afirmó ante la Asamblea que "muchos corazones se rompieron en Hong Kong y en el continente el 4 de Junio" y que, como muchos otros, ella "no podía entender por qué un movimiento estudiantil se convertía en una rebelión contrarrevolucionaria", como afirma el gobierno, y le pidió "que entendiese la ansiedad del pueblo de Hong Kong y realizase un trabajo más paciente y cuidadoso".