La bolsa japonesa pierde casi 2.000 puntos en el comienzo del nuevo año fiscal
La Bolsa de Tokio sufrió ayer la segunda caída más fuerte de su historia debido a la publicación de rumores sobre la venta masiva de acciones por parte de las grandes instituciones inversoras japonesas. Los mercados de valores internacionales se han visto afectados por esta caída, al tiempo que la moneda japonesa registra un nuevo retroceso frente al dólar a pesar de la intervención del Banco de Japón. El índice Nikkei, de los 225 valores más representativos, perdió 1.978,38 puntos, mientras que Wall Street cedía al final de la sesión 6,7, aunque a media sesión perdía algo más de 20 puntos.
La Bolsa de Tokio y el yen registraron ayer una nueva caída histórica poco antes de que Estados Unidos y Japón comenzaran en Washington otra ronda de negociaciones para equilibrar el comercio bilateral. El mercado de valores, abrumado por rumores muy pesimistas, se hundió hasta un nivel sólo comparable al famoso crash de hace tres años, al tiempo que el yen se debilitó más todavía respecto al dólar, pese a los intentos del Banco de Japón de frenar la caída.El Nikkei, el índice bursátil calculado sobre los 225 valores más activos, que el viernes había caído más de 1.000 puntos cedió ayer casi 2.000 (1.978,38) para cerrar a 28.002,07, el nivel más bajo desde noviembre de 1988. El de ayer fue el segundo descenso más alto de la historia de la bolsa tokiota. En octubre de 1987 el Nikkei llegó a bajar más de 3.800 puntos. El dólar, por su parte, se apreció 2,30 yenes fijándose al cierre a 159,95, la cotización más alta en los últimos 39 meses. Se estima que el Banco de Japón vendió ayer entre mil y dos mil millones de dólares para proteger su moneda. Las constantes operaciones de intervención efectuadas en las últimas semanas por el banco emisor son la principal causa de que las reservas de divisas de Japón hayan descendido a 73.496 millones de dólares durante el mes de marzo, casi 7.000 millones de dólares menos que el mes anterior.
El pánico cundió desde el principio de la jornada a raíz de la noticia publicada por el diario económico más prestigioso del país según el cual las compañías de seguros nacionales planean desengancharse de la bolsa vendiendo masivamente sus acciones. La reacción fue muy negativa pese a los desmentidos oficiales al respecto.
Los inversores japoneses se muestran, por otra parte, poco esperanzados de que se saque algo en claro de la reunión que este fin de semana celebrará en París el Grupo de los Siete. Estados Unidos no parece muy preocupado por la debilidad del yen y muchos sospechan que esta actitud esconde una estrategia para presionar a Japón para que acceda a resolver el contencioso sobre problemas estructurales de comercio que actualmente discuten ambos países. Delegaciones de los dos gobiernos iniciaron ayer en Washington una nueva sesión de negociaciones a la cual los japoneses acudieron con una serie de propuestas increíblemente conciliadoras, aunque tal vez no del todo suficientes para satisfacer las exigencias norteamericanas de que liberalicen más su mercado. El Gobierno japonés ha decidido agilizar los trámites para la creación de grandes almacenes, reforzar la ley antimonopolio y aumentar las inversiones en obras públicas, tres peticiones exigidas por los norteamericanos.
Volumen de negociación
Según los expertos bursátiles, el bajo volumen de negociación, unos 450 millones de acciones, evidenció la falta de confianza de los inversores tanto institucionales como individuales.
Tradicionalmente, la primera sesión de abril es testigo de activas compras tras varias jornadas de inactividad por los balances de finales del ejercicio, aunque este año la inestabilidad que mostraban los mercados monetarios, de valores y de bonos mantuvieron a los inversores completamente al margen de las transaciones bursátiles. Entre los motivos que han provocado esta decisión están la publicación por parte del diario económico Nihon Keizai Shimbun de los planes de venta por parte de algunas inversoras de la mayoría de sus acciones bancarias, hasta reducir sus efectivos bursátiles en un 2%.
Este aspecto es el que centra la mayor parte de la atención en el mercado japonés, hasta el punto de que se suceden las declaraciones confirmando o negando la veracidad de esa afirmación. Un portavoz de la compañía de seguros Dai-Ichi explicó que el informe del diario Nihon Keizai Shimbun era simplemente una mala interpretación de la realidad, y que las empresas no sólo van a proceder a la venta de acciones, sino que también efectuarán compras ante el inicio del nuevo ejercicio. Como contraste está la opinión de fuentes bancarias internacionales, que señalan que las presiones de venta por parte de las grandes casas inversoras son sólo un factor negativo más en el mercado, y que el progresivo descenso que sufre la bolsa japonesa es un ajuste entre la relación de inversión y beneficios, relación que en Japón triplica a la de Estados Unidos. Basándose en estas afirmaciones, estas fuentes añaden que aún puede seguir la tendencia a la baja.
Las bolsas internacionales se han visto afectadas por la caída del mercado japonés, aunque se han combinado otras causas. En el caso de Francfort, la depreciación ha tenido detrás la discusión política sobre el futuro cambio entre el marco oriental y el occidental en el momento en que se produzca la unión monetaria entre los dos estados alemanes. La Bolsa de Londres terminó la sesión con una baja de 20,6 puntos en el índice selectivo Financial Times, situándose al cierre en el 1.748, l. París, por su parte, cedió un 1,25% al cierre. Después de la apertura perdía un 1.07%, pero al conocerse la caída de Tokio se acentuaron las bajas. En este caso, la reducción de un cuarto de punto en los tipos de interés aplicados en Francia amortiguó el impacto de la caída de la bolsa japonesa.
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