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Reportaje:UNA NUEVA EUROPA

Rebelión en Hazelbourne Road

Hazelbourne Road es una calle impersonal de Londres, de calzada estrechada hasta el límite por los utilitarios aparcados junto a las menguadas aceras. Idénticas viviendas adosadas de planta baja y primer piso se levantan a uno y otro lado a lo largo de más de un centenar de metros.Hazelbourne es impersonal, pero no anónima, porque cruzar la invisible línea de demarcación que corre por su centro cuesta 400 libras (72.000 pesetas). Los vecinos critican la aparente irracionalidad, pero no manifestarán su rechazo en las urnas.

Esta calle que se abre al sur del Támesis, junto a la estación de metro de Clapham South, está dividida a efectos municipales entre los Ayuntamientos de Lambeth y Wandsworth. La parte de la derecha tributa al conservador Wandsworth y en el año fiscal que comienza con este abril habrá de abonar 148 libras (26.640 pesetas) en concepto de community charge, el nuevo impuesto municipal que ha de pagar todo adulto residente en el Reino Unido con edad de votar y, por ello, conocido como polltax.La acera izquierda es responsabilidad del laborista Lambeth, el último ayuntamiento del país en fijar su poll-tax. Hace un par de semanas, graves disturbios forzaron a suspender la sesión municipal, y hasta el pasado jueves por la noche, tras 90 tormentosos minutos, los concejales no pudieron aprobar una tasa de 548 libras, la s egunda más alta de Inglaterra, sólo superada por las 573 libras que habrán de pagar los desgraciados de Haringey, otro municipio londinense.

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En Hazelbourne viven jubilados, jóvenes que han conseguido su primera vivienda y otros que han alquilado un hueco.

Peter Massey pertenece a la primera categoría y vive con su mujer en el lado malo de la calle. "Lo del poll-tax es estúpido", dice. "En la calle no hay diferencias, y aquí vamosa pagar una cosa y los de enfrente otra. Es incomprensible". Massey trabajaba en la construcción y vota conservador. Dice que no va a cambiar de voto, "porque el dinero manda en todo, y si vuelven los laboristas, pierden el apoyo de la banca y estamos donde estábamos".

Los laboristas dominan Lambeth y de ahí vienen los males, dice: "Hay mucho emigrante, mucha gente que no tiene dónde caerse muerta, y el Ayuntamiento tiene fama de darles servicios sociales y viviendas."

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Una puertas más allá vive una azafata de la compañía alemana Lufthansa. Está que se sube por las paredes. "Esto es una injusticia y la gota que colma el vaso de mi paciencia. Yo me marcho de este país. Llevo aquí siete años y la calidad de vida, que es mala, sigue cayendo. Esto no es vida. Cada vez que viajo al continente -Alemania, Italia, España, otros países- veo que todo mejora, pero esto sólo va a peor".

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