El reto de los optimistas
Los pesimistas constatan el bajo potencial inversor a partir de los volúmenes contratados día a día en valor efectivo. Con un techo situado entre los 1.000 y los 2.000 millones de pesetas es prácticamente imposible aceptar el reto que proponen los optimistas, al entender que las condiciones para que las sociedades cotizadas entren en línea alcista están aseguradas por el consenso político económico establecido por la Administración. Un atrevimiento. Tanto como decir que la paz social y, fiscal va a pesar tanto como la política monetaria y la evolución de los tipos; de interés a la hora de valorar él tono de los mercados. La resistencia a la baja de algunos cambios permite remontes selectivos. Así ocurrió ayer.
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