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Miedo a salir de clase

Los alumnos de un instituto,de Móstoles reciben constantes palizas por parte de un grupo de jóvenes

Una pandilla de jóvenes tiene amedrentados a los alumnos de un instituto de Móstoles. Cuestiones como la de haber pegado al hermano menor de uno de los pandilleros o no querer compartir el bollo de la merienda se zanjan finalmente con la rotura del tabique nasal del agresor o la conmoción cerebral de la alumna poco generosa. Las palizas se suceden a la salida de clase, cuando ya es de noche. Los padres de los estudiantes se quejan de que la policía sólo acude después de alguna denuncia olvidando después el asunto y anuncian ahora su intención de formar patrullas para defender a sus hijos.

"Fuimos a unos recreativos para pasar el rato del recreo, cuando vino un grupo de chicos y me pidieron cinco duros que yo no llevaba. Entonces dijeron que les diera el bollo que me estaba comiendo. Les dije que por qué se lo iba a dar si era mío. Fue entonces cuando comenzaron a meterse conmigo y ya fuera, en la calle, comenzaron a pegarme, a darme patadas por todas partes y me tiraron contra un árbol".Así explicaba una alumna del Instituto número 9 de Móstoles el incidente ocurrido con una pandilla de chicos y chicas que desde hace tres meses ataca por sistema a los estudiantes del centro. En este caso, la agredida fue trasladada al hospital General de Móstoles, donde se le apreció traumatismo craneal. Apenas tiene 14 años, estudia primero de BUP y confiesa que ahora tiene miedo de asistir a clase, por lo que su padre pasa todos los días a recogerla a la salida.

En el mismo local de los recreativos, que la pandilla parece haber tomado como coto vedado, fue donde se le propinó otra dura paliza a un alumno que resultó con conmoción cerebral. En esta ocasión, el agredido simplemente entró con un grupo de alumnos, la mayoría de los cuales lograron escapar. La pandilla cumple todos los requisitos de solidaridad y agresividad que suele caracterizar a estas formaciones. Un miembro de la misma estudia en el mismo instituto, según cuentan algunos alumnos, y es intocable. Si alguien se mete con él, el resto de la pandilla se encarga de realizar la venganza.

Cabezazo en la nariz

"Yo estaba en el último recreo viendo un partido de fútbol", cuenta otro alumno, "cuando entraron ocho o nueve chicos de unos 18 años. Me llamaron para decirme que querían hablar conmigo y me dijeron que yo había pegado al hermano de uno de ellos. Yo lo negué porque no era verdad y les dije que no quería líos con nadie. Entonces uno de ellos me dio un puñetazo en el pómulo. Comenzaron a pegarme hasta que uno me dio un cabezazo en la nariz y me rompió el tabique nasal. Salieron del instituto y se reunieron con otros que estaban fuera esperando".

Los incidentes comenzaron después de Navidad y el director del centro ha ordenado que las puertas del instituto permanezcan cerradas en los recreos. Los alumnos dicen que no tienen miedo de ir a clase pero se niegan a dar sus nombres por miedo a posibles represalias y se muestran indignados, aunque alguno un poco más fatalista dice que cosas como éstas te pueden pasar en cualquier parte.

Están pensando en manifestarse de nuevo, como hicieron ya una vez en que acudieron al Ayuntamiento para pedir una protección policial que sólo se les ha dado en los días inmediatos de ocurrir las agresiones.

La asociación de padres exige esta protección para sus hijos, ya que el instituto se encuentra en un descampado en la zona de Los Rosales y los 500 alumnos que asisten al centro en turno de tarde salen a las 21.30. Exigen de la Dirección Provincial de Educación que les dé una fecha de entrega de su instituto, ya que al no estar finalizado tienen que ocupar el edificio del Instituto número 6 a doble turno. En el nuevo centro los alumnos irían a clase por la mañana con lo que se evitarían este tipo de incidentes, y mientras tanto, si no consiguen la protección que piden, piensan montar patrullas y tomar así la justicia por su mano.

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