El presidente brasileño, Collor, suaviza el plan de ajuste económico
ENVIADO ESPECIALEl presidente brasileño, Fernando Collor de Melo, de 40 años, decretó varias disposiciones para suavizar el plan económico Nuevo Brasil. Al mismo tiempo, los dirigentes más destacados de la izquierda, el populista Leonel Brizola y el socialista Luis Ignacio Lula da Silva, critican duramente las medidas, mientras que sectores de derecha denuncian la componente represiva del plan, y el periódico Folha de Sao Paulo editorializa en primera página con el título Escalada fascista.
Se atribuye a Collor la frase de que "en 30 días voy a dejar a la derecha indignada y a la izquierda perpleja". El joven presidente no necesitó tanto tiempo. Le bastaron poco más de 24 horas, las que transcurrieron desde su toma de posesión hasta el anuncio de las medidas, el viernes 16, en Brasilia. Con una inflación desbocada hasta el 80% mensual y una carrera loca de revisión de precios en los últimos días de presidencia de José Sarney, el equipo de economistas de Collor, dirigido por la ministra de Economía, Zelia Cardoso, de 36 años, se encerró en la casa de un club de tenis de Brasilia para elaborar el paquete de medidas.
No es sorprendente. Cuentan que un día, el padre de Collor, el ya fallecido senador Arnon de Melo, le dijo a su hijo que "en Brasil nada es profesional".
Con absoluta frialdad, la nueva estrella del Gabinete, la ministra Zelia, no vaciló en engañar a todo el país y parece dispuesta a repetirlo las veces que lo considere necesario. Aseguró primero, antes de la toma de posesión, que no habría cierre bancario, y unas horas más tarde de haberla realizado decretó el cierre de los bancos por cinco días. De estar forma se cortó la posibilidad de maniobra a quienes hubiesen eludido las medidas en caso de que se hubiera producido una filtración.
A la pregunta de los periodistas sobre qué iba a hacer con su dinero, Zelia respondió de forma invariable que lo dejaría, con absoluta tranquilidad, en el overnight, modalidad de ahorro a plazo fijo de un día, que daba réditos de más del 80% mensual. Pero el nuevo plan económico no sólo acabó con el famoso overnight, sino que tampoco ha respetado las libretas de ahorro y las cuentas corrientes.
Muchos brasileños, que temían medidas contra la fórmula especulativa del overnight, sacaron su dinero de esta modalidad a plazo fijo y lo pasaron, en las semanas anteriores a la toma de posesión de Collor, a libretas de ahorro y cuentas corrientes en espera de mejores instrumentos para retribuir sus capitales.
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