El 2,14% del capital del Popular ha cambiado de manos en dos días
La caída de las cotizaciones bursátiles de los principales bancos nacionales se mantiene desde hace varias jornadas. La desconfianza de inversores institucionales, principalmente extranjeros, parece que se ha adueñado del mercado y las ventas se suceden. El Banco Popular ha visto como en dos jornadas el 2,14% de su capital, equivalente a algo más de 600.000 acciones, ha cambiado de manos mediante aplicaciones realizadas al margen del mercado y en las que ha intervenido la sociedad de valores del grupo financiero.Fuentes de la entidad señalaron que las tres operaciones, dos de 265.000 acciones llevadas a cabo el miércoles y una de 90.000 efectuada ayer, se han realizado entre dos accionistas del banco, " no pertenecientes al consejo de administración de la entidad, siendo el vendedor un inversor extranjero y el comprador alguien que ha exigido mantener el anonimato".
Las tres aplicaciones se hicieron a un precio de 7.500 pesetas por acción e inmediatamente después de llevarse a cabo la última el precio de la acción empezó a descender hasta situarse, al cierre de ayer, 420 pesetas por debajo. "Se tratan de operaciones de las que con relativa asiduidad hacemos en el banco", señalaban otras fuentes de la entidad recordando que "el Popular no tiene autocartera, en la actualidad dispone de unos 50.000 títulos, pero cuando detecta que alguien quiere vender un paquete trata de buscar posibles compradores".
El alza de la bolsa de la República Federal de Alemania "está forzando bajas importantes en las bolsas españolas", afirmaron fuentes del sector, ya que Ios inversores extranjeros han retirado los valores españoles de sus carteras destinando buena parte (le sus recursos a adquirir títulos alemanes".
Vuelve el papel
La situación de caída de las cotizaciones del resto de los grandes bancos nacionales es relativamente similar, aunque sin la aparatosidad de la registrada ayer por el Popular, y la ausencia de aplicaciones de la importancia de la registrada por el banco presidido por los hermanos Valls.
Solo actuaciones de las propias entidades financieras, tratando de retirar parte de la oferta de títulos existentes en los últimos momentos de la jornada, impidieron que las bajas fueran tan significativas. Pero los impedimentos legales que existen para que las sociedades que cotizan en bolsa mantengan más de un 5% de su capital como autocartera impiden actuaciones mayores.
Una parte de las entidades reconocen estar muy cerca del límite de autocartera y, por tanto, no pueden comprar más. La vuelta de paquetes de inversores extranjeros, que durante los últimos años han servido para alimentar las alzas de las cotizaciones presentan ahora su factura con unas bajas generalizadas.
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