Topos mecanizados

Un conductor impasible empuja la manivela para que el metro ande. "No podemos permitir que nos digan que sólo servimos para abrir y cerrar puertas, porque llevamos a mucha gente y eso es mucha responsabilidad", explica desde la cabina de un tren que se desliza a través de los túneles parándose en las estaciones gracias a un ordenador."Esto no es como dicen por ahí. Yo trabajaba de albañil y sé lo que es el cansancio físico; lo que tienes cuando sales de aquí es más psíquico", dice un conductor que incumplió los servicios mínimos.

El calor que se respira en el metro huele mal, y las retinas de los conductores se abren y se cierran como un objetivo de cámara al pasar de la oscuridad de los túneles a la luminosidad de las estaciones. Esperanza, Arturo Soria, Avenida de la Paz, Alfonso XIII, Prosperidad, Avenida de Ámerica, Diego de León, Lista, Goya, Velázquez, Serrano, Colón, Alonso Martínez, Bilbao, San Bernardo, Argüelles, durante un año, cinco días a la semana, ocho horas al día, 50 metros por debajo de los embotellamientos y del sol. Lo mismo que miles de personas, con alguna diferencia: 20 minutos de viaje, cuatro veces al día, cinco veces por semana.

"Hay trabajos peores, me dijo un peón de albañil. Y yo le contesté que se bajara aquí conmigo a pasar las Navidades y a tomar la uvas y que estuviera conmigo para San Isidro y para la Paloma", explica Antonio.

Cenicientas

Los conductores se han rebelado contra el comité de empresa y han creado una comisión de conductores: "Si es que firmaron un convenio que a veces entre turno y turno no tienes tiempo ni de ir a mear...", comentan dos maquinistas con aire de ser las cenicientas de la compañía.

Se consideran agraviados porque piensan que sus condiciones de trabajo son peores que las de sus compañeros de otras categorías. Sin embargo, han tenido apoyo para sus reivindicaciones, dejando solos a los sindicatos más votados, UGT y Comisiones Obreras. "Somos los trabajadores de transporte público con el sueldo más bajo, y eso lo ha dicho hasta Leguina por la tele", añade otro.

Piden que les entiendan, pero el perjuicio que han causado estas 1.100 personas a otro medio millón no lo entienden ni las matemáticas. Ellos querían ganar 200.000 pesetas más al año y aseguraban no conocer otro método de conseguirlas.