Tadeusz Kantor

Mientras Madrid se prepara estos días para acoger dentro del Festival Internacional de Teatro a grandes directores de la escena mundial, uno de sus habituales invitados, Tadeusz Kantor, no acudirá a la cita madrileña. El director, pintor y autor polaco de 75 años, una de las figuras internacionales de más prestigio dentro del mundo de la escena, ha presentado por fin su última producción, Jamás volveré aquí, en su país de origen.Kantor presentó en Varsovia su montaje la semana pasada, pero no lo hizo en un teatro de la ciudad, sino en un club de estudiantes, ya que, según afirmó a este periódico, su teatro "encaja más en sitios de este tipo: salas sencillas y humildes". No obstante, el estreno fue todo un acontecimiento social al que no faltaron políticos, entre los que se encontraban Yzabela Cywinsha, ministra de Cultura polaca, y numerosas personalidades del mundo de la cultura, como el dramaturgo y cineasta polaco Andrzej Wajda, acompañado de su mujer, la escenógrafa Cristinne Zachdaiquice.

A pesar del acontecimiento, Kantor dijo nada más terminar la representación, que supuso todo un éxito, que no le impresionaba estrenar en su país este montaje, con el que ha recorrido media Europa, ya que, según él, ello no significaba nada especial. "Lo que sí me puede impresionar es el hecho de que la primera representación de ésta y otras obras no pueda producirse en Polonia, que sería lo natural", dijo Kantor, una persona que no se considera nada patriótica, aunque no reniega de sus ciudades y lugares de infancia y juventud. Ciudades como Cracovia, donde tiene su sala de ensayos y de trabajo.

Kantor compagina la preparación de su próximo espectáculo, Hoy es el día de mi cumpleaños, con el relato de sus memorias, donde "saca a la luz todos sus secretos, así como las relaciones sentimentales y diversos chismes", y de las que dice que no podrán ser leídas hasta que él desaparezca porque en ellas hay contenidos que "ofenderán profundamente a personas que están vivas". En su intento tanto teatral como literario, Kantor pretende oponer la vida individual a la masificación: "Vivimos en el mundo de la civilización de masas, y ello nos lleva a la homogeneización del hombre; frente a ello no sólo apuesto por lo individual profesionalmente, sino que lo refuerzo llegando a la parte más íntima de mí mismo, de ahí las memorias".