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Gorbachov: "No me propondré para presidente, pero aceptaría serlo"

El máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, despejó ayer las últimas dudas, por otra parte minúsculas, de que aspira a ser, con amplios poderes, el próximo jefe de Estado de la URSS. "No me propondré para presidente, pero si me proponen aceptaré" aseguró poco después de depositar su voto en Moscú. Rusos, bielorusos y ucranianos eligieron ayer por primera vez parlamentos y municipios democráticos en un nuevo paso adelante hacia el pluralismo y el fin del monopolio del partido comunista.

"No puede ser que el presidente esté encadenado, que no pueda hacer nada. Hay que darle competencias, pero tampoco se trata de rebajar el papel del Parlamento", dijo el máximo dirigente soviético al enjambre de periodistas que esperaba ayer su llegada al centro de votación, al que acudió acompañado de su esposa, Raisa; de la hija de ambos, Irina; de su yerno y de su nieta.Poco antes, Egor Ligachov, cabeza de filas del ala conservadora del partido comunista, se había mostrado a favor de que el presidente sea también el secretario general del PCUS. Alexander YakovIev, para muchos el número dos del régimen y uno de los más firmes impulsores de la perestroika, afirmaba hace unos días que no aceptaría la dirección del partido. "Ni aunque me mataran", precisó.

El diseño de la institución presidencial, que el próximo 12 de marzo será objeto de un pleno extraordinario del Congreso de los Diputados, fue ayer el telón de fondo de una jornada electoral dominada por la alta participación, sorprendente tras la apatía registrada durante la campaña y derivada en buena medida de la multiplicidad de candidatos y de cargos a cubrir.

Aunque los primeros resultados serán conocidos hoy, al cierre de esta edición había indicios de una victoria de los reformistas radicales en Moscú y en Leningrado. Según extrapolaciones no oficiales, cuatro candidatos del Bloque de las Elecciones Democráticas 1990 tenían asegurada su elección en Leningrado. Por primera vez concurrían a comicios parlamentarios y municipales representantes de organizaciones que no son en el fondo sino partidos políticos embrionarios. En muchos casos, no obstante, será necesaria una segunda vuelta. La división del PCUS en varias tendencias hace además que el simple dato del porcentaje de comunistas que sean elegidos resulte irrelevante.

Mijail Gorbachov quiso dejar claro ayer, pese a síntomas tan evidentes como las tensiones en los partidos de las repúblicas del Báltico, que no ve razones profundas para una escisión.

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