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Calefacción de ricos en un barrio de pobres

2.276 vecinos de Orcasitas poseen una central térmica autogestionada

Jorge A. Rodríguez

La Meseta de Orcasitas es uno de esos barrios que no todos los madrileños saben dónde está.. Dicen los que no lo conocen que es peligroso, que está lejos y que en invierno corre un frío que pela. Craso error. En el corazón de este barrio, surgido del Plan de Barrios en Remodelación, tienen quizá la mejor calefacción de Madrid. En el centro de la Meseta se alza una central térmica de la que salen kilómetros de tuberías umbilicales para llevar calefacción barata y de ricos a 2.276 familias humildes que la sufragan, la gestionan y le sacan beneficios.

Orcasitas está en una encrucijada de caminos. En el camino a Toledo, tomando a la izquierda la carretera de Carabanchel, se alzan sus bloques de pisos. Allí donde están ahora esos pisos cayeron hace ya algún quinquenio las casas bajas y humildes. y se comenzaron a levantar bloques de viviendas para 10.000 familias. Allí se centraron gran parte de los esfuerzos del Plan de Remodelación de Barrios, por el que se consiguió el realojamiento en buenas condiciones de 150.000 personas.En mitad de Orcasitas está la Meseta. Y en el corazón de la Meseta, en la plaza de la Asociación, bautizada por los mismos vecinos, se alza un extraño edificio, con chimenea alta, y rectangular pintada con los colores del agua, la tierra y el fuego. El zumbido que sale de su seno se hace estruendo en su interior.

"Esto es la central térmica. Nosotros la arrancamos al Ministerio de Obras Públicas cuando se hicieron los bloques, la gestionamos y la sufragarnos". Isaac Hidalga, vicepresidente de la Mancomunidad de Propietarios de la Meseta de Orcasitas, se emociona al hablar de su central. La mancomunidad fue el organismo creado por el movimiento ciudadano de este barrio para poner en marcha la central.

Fue en 1980 cuando los vecinos de la Meseta de Orcasitas se plantearon qué podían hacer con ese edificio con tres grandes calderas que no funcionaban porque nadie sabía cómo hacerlas andar. Félix López Rey, concejal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid y presidente de la Asociación de Vecinos de Orcasitas, fue el abanderado del movimiento vecinal para poner en funcionamiento la central. Y es que los vecinos decidieron sacar adelante aquella industria de calor por ellos mismos.

Años difíciles

"Se convocaron, elecciones libres en el barrio para elegir unos órganos rectores para poner en marcha la central y gestionarla", comenta Isaac Hidalga. Fruto de ese proceso electoral, con masiva participación, surgió la mancomunidad.

Los primeros años fueron difíciles. La primera empresa técnica contratada por los vecinos para poner en marcha la gestión los "engañó". "En 1982 tuvimos en la mancomunidad un déficit de cuatro millones de pesetas, y fue porque en la empresa contratada, una multinacional, no hicieron bien los cálculos", afirma Hidalga. Se contrató una nueva empresa y se aumentó la cuota de 1.800 pesetas por vecino.

En poco tiempo, aquellos problemas quedaron atrás. La mancomunidad tiene ahora, como empresa vecinal, un superávit de 35 millones de pesetas para hacer frente a cualquier eventualidad. Por sus manos pasan cada año 80 millones de pesetas. Compran 1,5 millones de litros de gasóleo anualmente. Los vecinos pagan entre 2.600 y 2.900 pesetas al mes. "Y se puede andar en camiseta por la casa en pleno invierno", comenta un vecino.

Pero, desgraciadamente, no toda la meseta se beneficia de esta central. Unos 1.000 vecinos tienen calefacciones individuales por gas ciudad. "Es decir, que casi no tienen calefacción porque no la pueden costear. ¿Cómo puede un obrero pagar 14.000 o 20.000 pesetas cada dos meses por su calefacción?", comenta Hidalga.

Este hecho lleva a Félix López Rey a hacer una reflexión: "¿Por qué la Administración no fomenta este tipo de cosas? ¿Es que le da miedo que esto funcione? ¿No podrían tener muchos más barrios humildes calefacciones de este tipo?". El concejal no sabe qué contestarse.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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