El tiempo pasará...

El trauma de envejecer no está en el hecho mismo, sino en que ocurre antes de que estemos preparados, si es que alguna vez lo estamos. ¿A quién no le gusta la juventud?, ¿no queremos que dure más?, ¿no nos gustaría ser jóvenes y vitales, poder dejar atrás incluso la muerte?Recurrimos a tintes, cremas antiarrugas y cirugía estética, en un intento de engañar a la madre naturaleza mostrándole que somos más jóvenes de lo que nuestras partidas de nacimiento descaradamente afirman. Comenzamos a envejecer, en cierto sentido, desde el momento mismo de la concepción, e incluso los veinteañeros no son tan indestructibles como parecen: tan sólo atraviesan una fase de su desarrollo. "Sólo un momento; un momento de ¡Fuerza, de romance, de glamour (...)", escribía Joseph Conrad en Juventud.

Aquellos que no aceptan que están atravesando esta fase son los que tienen problemas. Si su autoestima depende sobre todo del atractivo y del vigor corren un alto riesgo de depresión, según afirma el doctor George H. Pollock. (...)

Puesto que la gente mantiene relaciones sexuales o tiene hijos a edades que antes se consideraban inapropiadas, la línea que servía para distinguir a los jóvenes de los viejos se está difuminando, afirma la psicóloga Bernice L. Neugarten. (...) Muchas personas se comportan de forma juvenil, de acuerdo con sus propias expectativas, y la edad ha perdido su significado.

3 de marzo