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El presidente del Gobierno revela que Alfonso Guerra presentó la dimisión en enero

El presidente del Gobierno, Felipe González, reveló ayer que el vicepresidente, Alfonso Guerra, le presentó la dimisión de su cargo el pasado mes de enero, una vez que salió a la luz pública el escándalo de su hermano Juan y algunos sectores pidieron que abandonara su puesto en el Gobierno. González no aceptó la dimisión por considerar que Guerra no incurrió en "responsabilidad política". El presidente respaldó la gestión de todos los miembros de su Gabinete, y singularmente la del ministro de Economía, Carlos Solchaga. El presidente reiteró que se someterá a la cuestión de confianza en el Congreso "al día siguiente" de la celebración de las elecciones en Melilla.

Estas elecciones fueron convocadas ayer por el Consejo de Ministros para el próximo 25 de marzo, mientras que el escaño en litigio de Murcia ha sido adjudicado por los jueces al PSOE sin necesidad de repetir elecciones, por lo que este partido alcanza ya 175 diputados. El jefe del Gobierno afirmó que puede gobernar con tranquilidad los próximos cuatro años.Felipe González, que compareció ayer ante los medios de comunicación, aseguró que su Gobierno se inspirará en un "espíritu de consenso" y, hablando ya del pasado, atribuyó el enrarecimiento político que nació inmediatamente después de las elecciones del 29 de octubre a la actitud de aquellos que "no aceptan de buena gana el resultado de las urnas".

Por primera vez desde que saltó el escándalo de Juan Guerra, el presidente del Gobierno, además de reiterar su solidaridad personal con Alfonso Guerra y exaltar su honradez, le exculpó de toda responsabilidad política. El jefe del Gobierno reveló que Guerra le presentó la dimisión el pasado mes de enero, al considerar que esa acción podía "liberar al Gobierno de un problema", según narró el presidente.

El jefe del Ejecutivo, en un tono sosegado, hizo un repaso de lo que ha ocurrido, desde su perspectiva, en la vida política desde las elecciones del pasado 29 de octubre, estableciendo dos capítulos fundamentales: los conflictos electorales y el escándalo de Juan Guerra, que incluyó en un paquete de acusaciones de corrupción a los dirigentes del PSOE. González animó a Juan Guerra a que aclare personalmente su actuación, no sin antes eximir a Alfonso Guerra de cualquier responsabilidad en este asunto, aunque predijo que "el asunto se va a intentar estirar lo más posible".

González reiteró su disposición a someterse a la cuestión de confianza una vez que se conozcan los resultados electorales de Melilla, aunque rehusó referirse a si piensa producir cambios de ministros, con la afirmación de que no hay relación causa-efecto entre la moción de confianza y una crisis de Gobierno.

Páginas 16 y 17

Editorial en la página 12

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