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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El efecto de Hiroshima

En El tedio implacable (EL PAÍS del 21 de diciembre de 1989) escribo:"La puesta al día de la villa global por Fukuyama vendría... a ser la visión de Hegel: la historia que desemboca en un Estado universal inevitable sede feliz de las artes y las letras, y con la virtud por soberana. 'Pero ¿por dónde se halla entonces todo aquello?', se pregunta el propio iluminado. ¿Qué brinda EE UU? Su respuesta: 'Una democracia liberal en el terreno político, y con vídeos y estéreos al alcance de la mano, en el económico. Y sal si puedes de una cultura de consumo, proveedora mundial de boutiques y de música rock'. Mucho (de lo cual conocen los pocos que en Latinoamérica están en candelero. Cuatro gatos gordos (fat cats), como decían los hippies. Pero en tales pequeñeces no piensa Fukuyama. Y seguramente tampoco en Hiroshima o Dresde, etcétera". Incorporo a continuación la cita de El fin de la historia (The National Interest-Summer 1989, página 9), que dejé fuera por parecerme lo válido de su texto implícito en el mío:

"Las ruinas de la cancillería del Reich, así como las bombas atómicas tiradas sobre Hlroshima y Nagasaki [con la guerra ya ganada], mataron esta ideología [el nazismo], tanto al nivel consciente como materialmente, y todo movimiento protofascista generado por los ejemplos alemán y japonés".

Otra razón que tuve para excluir la cita fue la justíficación de las primeras y únicas bombas atómicas lanzadas en el mundo hasta el momento, y sobre una nación vencida. Otro tanto habría que decir sobre la destrucción de Dresde, ciudad declarada monumento irreemplazable fuera del conflicto. Esta aclaración, sugerida por un lector de Califomia, me ha recordado un viejo comentario de Henry Kissinger a raíz de un viaje al país de origen de Fukuyama: "Los japoneses son incapaces de conceptualizar"; injusto, sin duda, pero quizá no tanto en el caso de quien escribió Elfin de la historia.-

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