No más conservador que liberal

Quisiera rectificar la información que publicaron el pasado, 24 de enero sobre la reorganización de la Casa de Su Majestad el Rey en lo que a mí se refiere.Nunca he sido jefe de José Joaquín Puig de la Bellacasa. Él dejó la Zarzuela, tengo entendi do, en diciembre de 1975 para pasar a ser director general en el Ministerio de Asuntos Exterio res. Yo me encontraba en tales fechas trabajando en la empresa privada; sin tener noticia previa fui llamado por Su Majestad y me incorporé a su Casa en enero de 1976. Permanecí en ella du rante la primera y decisiva etapa de la transición, que su periódico menciona, y en octubre de 1977 salí para Turquía, donde había sido designado embajador. No coincidimos en la Zarzuela.

Que yo sepa, nunca he discrepado del embajador Puig de la Bellacasa en nada digno de men ción, antes por el contrario, creo que hemos coincidido en nuestra manera de entender el servicio del Estado y de ejercer nuestra profesión de diplomáticos. Mientras que él estuvo en el gabinete del ministro Castiella, yo fui director de la Asesoría Jurídica Internacional. Más tarde colaboré muy gustoso a sus órdenes cuando él fue subsecretario de Asuntos Exteriores y, por tanto, mi jefe y de toda la carrera. Pienso que ha sido un gran embajador en Londres y me he alegrado cuando el Rey lo ha llarriado a su servicio inmediato.

Sin discutir los criterios de su periódico parajuzgar a las personas, le pido que no me califiquen de ultra, pues no lo soy en nada. Quienes me conocen saben que mi mentalidad es abierta y tolerante. Nunca he tenido etiqueta ni pertenencia política. No soy más conservador que liberal o que progresista; de las tres tendencias, y de otras, he incorporado elementos a mi cultura personal.- Ministro plenipotenciario de primera clase. Cónsul general de España en Roma.