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Tribuna
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Enamorados

Mañana hay que estar más enamorado que hoy pero menos que el 15 de febrero. Lo dice la medalla del amor. Cuánto hay que estar enamorado dependerá de que la medalla sea de oro o de plata. Si es de plomo, no hace falta estar muy enamorado: con unas pocas ganas de achuchar basta.El Día de los Enamorados y la medalla del amor son el gran hallazgo del comercio. Al comercio le faltaba un eslabón en su cadena de motivaciones para estar vendiendo todo el año, y como le venía bien a mitad de febrero, aprovechó la feliz circunstancia de que San Valentín cae en 14. Expertos en mercadotecnia le están buscando ahora una fecha a la feliz circunstancia de que el Pisuerga pase por Valladolid, y cuando la encuentren, se forran.

Las campañas de promoción de ventas inducen a los enamorados a regalarse el 14 de febrero la medalla del amor, y se la regalan, pues si no quedarían convictos de desamor, lo que les acarrearía grandes disgustos. Algunos enamorados no creen en San Valentín, ni en nada, pero prefieren fingir que se lo creen todo, pues más vale regalarle a la pareja la medalla del amor y tener el día en paz que ahorrársela y comer arroz con gritos.

Hay un prototipo de enamorado que para evitar el regalo rompe las relaciones con su pareja el día 13 y se reconcilia el 15. El truco no compensa en realidad, ya que precisa de complicados operativos para justificar la ruptura y explicar luego la reconciliación. A los enamorados románticos les basta un pequeño detalle. Por ejemplo, ella se contenta con una flor; él, con una caja de puros habanos. Su romanticismo tiene justa recompensa, porque las medallas del amor no es seguro que den la felicidad y en cambio sí la da poder fumarse una caja de puros habanos prácticamente por la cara. A condición, claro, de que no le haya ocurrido al enamorado ninguna desgracia de vísperas; o sea, hoy, que es martes y 13.

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