Pavarotti: "Me guía una atracción solar"
El tenor ha vendido en España 300.000 ejemplares de su grabación de arias de óperas 'Tutto Pavarotti'
La exuberancia convierte a Luciano Pavarotti en uno de esos cantantes de ópera mitológicos al estilo de Montserrat Caballé y uno pocos más. Auténtico número uno en la actualidad, el cantante italiano dejó el domingo Madrid tras recoger 12 discos dobles de platino, que se le han otorgado por las ventas en España (más de 300.000 ejemplares) de la grabación de canciones napolitanas y arias de óperas Tutto Pavarotti. Con su franco aspecto de millonario rústico, dijo que le guía una atracción solar, lo que acabó por dar a su presencia una dimensión sobrehumana.
No se sabe si en las breves entrevistas individuales que concedió Pavarotti durante su estancia en Madrid fue intencionado el siguiente detalle: el tenor recibió a la Prensa en una gran sala de juntas de un hotel, sentado en una banqueta muy alta, con el fin de dar holgura a su obesidad y estirar las piernas. Cada uno de los periodistas ocupó la misma silla normal situada asu derecha, y cuando le miraron a los ojos se dieron cuenta de la trampa: no iban a entrevistar a un personaje frente a frente, sino a alguien situado en un nivel superior que les miraba en picado.Era previsible asistir a cualquier tipo de demostración caprichosa. Pero Pavarotti estuvo simplemente simpático, oteando el panorama de la estancia desde las alturas de su cabeza mientras bebía agua helada y hablaba muy deprisa, descomunal y, sonriente.
Pregunta. El haber vendido en España 300.000 ejemplares de Tutto Pavarotti, que contiene canciones aparte de arias de óperas, significa que mucha gente alejada de los círculos propiamente operísticos ha adquirido la gra bación. ¿Es primordial en su ca rrera este afán divulgador?
Respuesta. Sí, es para mí in dispensable. En todo momento El éxito que ha tenido esta graba ción doble me anima a continuar He venido a España para promo cionarla y para recoger los premios de ventas, pero también para decir que amo al público español y que volveré [actuará en Bilbao y Madrid en septiembre de este año]. últimamente no he actuado tanto en España; ha estado un poco oscurecida en mi calendario, quizá por culpa mía, no lo sé.
P. Hay quien dice que un cantante de ópera no debe cantar otra música que la llamada seria.
R. Un cantante debe probar a cantar todo aquello que pueda y deba. Benjamino Gilli y otros muchos han interpretado bellas canciones. No es verdad que no se pueda cantar música pop; el problema es hasta qué punto puede uno implicarse. Eso no lo sé, pero a mí no me molestan los temas que canto en mis conciertos, canciones italianas populares que pueden considerarse pop, pero que para mí son clásicos de lo que podría definirse como canción italiana.
P. ¿Dónde encuentra el equilibrio entre esa parte campechana de su personalidad enraizada en Italia y su inmensa popularidad irradiada desde Nueva York?
R. Cuando se baja el telón me convierto en una persona normal, aunque he de decir que el que me reconozcan por la calle me gusta mucho. En mi época como jugador de fútbol me podían conocer 10.000 personas; ahora me conocen unas pocas más, pero no creo que haya una gran diférencia entre que te conozcan 10.000 o 10 millones. A mí me pasa que la gente me gusta. De pequeño vivía en una casa de 18 familias, 115 personas en total. Estoy muy acostumbrado a vivir en público y de ahí que tenga poco marcado el sentido de lo privado. La privacidad, en ese sentido profundo, sólo la siento cuanclo me meto en la habitación de un hotel. La popularidad a mi me llena de placer, y el que diga que no le gusta o es un mentiroso o no es lo suficientemente popular.
P. Usted suele hacer alarde de sus ganas de vivir y de su feli cidad. ¿Hay receta?
R. Soy feliz cuando sale el sol, cuando las personas queridas y mis amigos me acompañan y luego me guía esa atracción solar... el día que más me gusta es aquel en que me levanto y veo salir el sol.
Tenores españoles
P. ¿Qué opina de los tenores españoles: Kraus, Domingo, Carreras, Aragall ... ?R. Son todos muy buenos, grandísimos tenores.
P. Y esa extraña polémica de rivalidad que parece que mantienen usted y Plácido Domingo, ¿es real o se trata de una estrategia publicitaria?
R. Pienso que procede de que un periodista se refirió a ello en una pregunta y luego esa misma pregunta, sobre algo inexistente, se fue corriendo. Cada uno de nosotros lleva una carrera espléndida, y por lo menos espero que él sea tan feliz con la suya romo yo lo estoy con la mía. No veo dónde puede estar la rivalidad, no somos cincuenta en esto, sino tres o cuatro.
P. ¿Y existe ya un relevo?
R. Eso creo y eso espero. Potencialmente hay muchos. Pero es necesario que quien aspire a tomarlo haga un planteamiento muy preciso de su carrera. Primero de todo debe escoger las óperas atendiendo a su voz. El cantante que quiera lucirla realmente tiene que poseer, además de una fuerte personalidad, una presencia física que refleje su alma y que debe ser una presencia bella, no bruta, porque con un aspecto bruto nada es tan fácil. Aparte de estas cualidades externas, están las verdaderas cualidades: las del estudio. Hay que estudiar siempre, trabajar bien el repertorio y tener la valentía de atreverse con las óperas dificiles, no sólo con las fáciles. Las óperas difíciles son aquellas que requieren un año, dos años, tres años de preparación, y que terminan sabiéndose de memoria, pero sobre las que hay que insistir para llegar a saber cómo tienes que poner la garganta, en qué momento, de qué forma... para poder calibrarlo todo con la cabeza. Porque lo más difícil es hacer que la voz vibre. Cualquiera a quien Dios le haya dado una voz tenderá a abrir la garganta instintivamente como El lo manda, pero aparte de la naturaleza hay unas reglas que, en el caso de que uno no las cumpla, lo acaba pagando.
P. Entre los cantantes de ópera hay una doble vía para acercarse a lo escénico: aquellos que aparte de cantantes se sienten actores y se preparan para ello y otros a quienes no les importa tanto el estatismo...
R. No existe esa doble vía, o no debería existir. No tiene que haber excepciones. Un excelente cantante debe ser, por extensión, un excelente actor. Eso sí, hay actores que se mueven poco y otros que se mueven mucho; en esto la televisión es siempre muy sincera: se ve claramente si uno, aunque se mueva poco, participa, o si otro, haciendo muchos aspavientos, no es sincero.
P. Después de Madrid, ¿cuáles son sus planes?
R. Hong Kong, Taiwan, Nueva York, Londres, Viena, Budapest, Israel... En julio iremos a Florencia a hacer El trovador en el período del campeonato de fútbol, y poco después estaremos en un concierto Plácido Domingo, José Carreras y yo.
P. Tanto trajín, ¿no le cansa a sus 55 años?
R. Calma, calma... hago 55 en octubre.
P. Disculpe, ¿tanto trajín no le cansa a sus 54 años?
R. Claro que cansa, pero es maravilloso. He nacido para cantar, para dedicarme plenamente a esta profesión. Todos los sacrificios que hago son siempre relatívos a la enorme satisfacción que me produce cantar, hacer música, vivir rodeado permanentemente de la música.
"Estar gordo no es una gran cosa"
La cifra en kilos de Luciano Pavarotti es un misterio, aunque diversas aproximaciones la sitúan en 130 para su metro ochenta. En Estados Unidos, cuando se hace público que sigue determinada dieta, ésta se populariza enormemente.
Pregunta. ¿Le ha dado tiempo a probar en Madrid esas especialidades que ha dicho que le gustan, la merluza o el hacalao al pil-pil ... ?
Respuesta. No. Sólo he comido un caldo de gallina con un poco de pasta blanca. Estoy a dieta.
P. ¿Por qué se pone a dieta? ¿Le merece la pena?
R. El porqué a la vista está (risas). Yo creo que estar gordo no es una eran cosa, excepto para autoconvencerse de que uno puede comer todo lo que desea con la siguiente excusa: "ya que estoy gordo, me harto de lo que me da la gana". Pienso que la gordura no es buena para la salud, ni para la voz, ni para el físico ni para nada... Eso sí, tenemos fama de ser simpáticos y felices, seguramente porque tenemos el sistema nervioso cubierto y protegido.
P. Ha aprovechado su estancia en Madrid para promocionar sus canciones en un programa de televisión de Sara Montiel. ¿Cómo ha ido todo?
R. Bien... La señora es muy simpática, muy guapa y encantadorea, hemos cantado dos canciones, una de ellas Caruso, que ha tenido tanto éxito entre los jóvenes, no sólo entre los aficionados a la ópera sino también entre los aficionados al pop.
P. ¿Cómo interpreta el hecho de haber conseguido unos niveles de venta que suelen ser patrimonio exclusivo del pop?
R. Estoy muy sorprendido. La canción Mamma, que grabé en otro disco en Italia hace tres o cuatro años, subió al sexto puesto en las listas durante las semanas de Navidad. Es ese disco el que me hizo pensar que había un interés claro en el mundo de la música pop por Luciano Pavarotti. Me propongo ahora hacer un disco totalmente pop, en un poyecto en el que trabajaré con Lucio Dalla.
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