La pena de muerte, analizada en 'Equipo de investigación'
El Equipo de investigación, programa que dirige María Victoria Martínez y se emite los primeros lunes de cada mes en lugar de Documentos TV, ofrece esta noche (23.05, TVE-1) el reportaje Death row, corredor de la muerte, la historia de David Castillo, un estadounidense de origen mexicano, de 25 años de edad, condenado a muerte en Tejas en febrero de 1984.
Juan Manuel Blázquez, guionista y realizador del reportaje, explica que "el caso de Castillo y la entrevista realizada por TVE sirven de hilo conductor para reflexionar sobre la pena de muerte en Estados Unidos, país donde actualmente más de 2.000 presos esperan su ejecución".David Castillo fue condenado a muerte a los 18 años, acusado del asesinato del dependiente de una tienda de licores que presuntamente había atracado en Mercedes, localidad del sur de Texas. No hubo ningún testigo presencial y las pruebas utilizadas por el fiscal, René Guerra, fueron circunstanciales. Incluso, añade Juan Manuel Blázquez, "una huella encontrada en el lugar del crimen fue identificada como perteneciente a un delincuente común hoy en paradero desconocido".
David Castillo, uno de los más de 300 presos actualmente condenados a muerte en Texas, lleva seis años en la cárcel de Huntsville esperando el cumplimiento de la sentencia. Nacido en Ohio, Castillo, que no habla español, pertenece a una familia numerosa de origen mexicano con escasos recursos económicos, aunque bien integrada en la sociedad norteamericana. Uno de sus hermanos pertenece al Ejército de los Estados Unidos.
Fijada su ejecución para el próximo 15 de marzo, la madre de Castillo, Yolanda Aguilar, ha recurrido a Paul Swacina, un abogado miembro de una asociación contra la pena de muerte que sin suponer ningún coste para la familia lucha contra reloj para conseguir que un nuevo tribunal dé a Castillo la oportunidad de defenderse y le conmute la pena capital.
La sección española de Amnistía Internacional informa que Texas es el Estado norteamericano en el que más ejecuciones se han registrado desde 1976, año en el que se reiniciaron las ejecuciones en Estados Unidos, y cuya legislación permite la ejecución de delincuentes juveniles a partir de los 17 años, en contra de lo que disponen varios tratados internacionales sobre derechos humanos. Actualmente otras siete personas están condenadas a muerte en este Estado por delitos cometidos cuando eran menores de edad. El último ejecutado en Texas fue Carlos de Luna, el 7 de diciembre de 1989. El reportaje fue rodado entre septiembre y noviembre del año pasado.
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