Perspectivas inquietantes
Los Comandos Autónomos Anticapitalistas no han atentado desde hace cuatro años, pero una posible reactivación de ese grupo o su acercamiento a ETA Militar plantea perspectivas inquietantes. Dos fuentes de signos opuestos coinciden en señalar que los autónornos, "existir, existen; creíamos que no tenían ya capacidad para actuar, pero ahora eso ya no es tan claro".De acuerdo con algunos medios, los CCAA pueden jugar el papel de absorción de los elementos irreductibles en la hipótesis, siempre aventurada, de que se encuentre una salida no traumática a la violencia en Euskadi.
A su juicio, Salegui Elorza y sus compañeros buscan recabar el apoyo que ofrecen las siglas de ETA M y aglutinar, llegado el caso de una negociación, a los elementos opuestos al fin de la lucha armada. "Pese a todo,-añaden las mismas fuentes-, pueden aguantar mucho tiempo porque el grado de ineficacia policial al que hemos llegado es inquietante".
Acciones esporádicas
Según estos medios, los CCAA no pueden mantener por sí sólos un frente abierto, pero sí realizar acciones esporádicas con las que demostrar que siguen estando ahí y que pueden desestabilizar. "Son pocos, pero también austeros con el dinero y tienen armas".
Sorprendentemente, José Luis Salegui Elorza escapó el 19 de enero de una redada policial francesa practicada en el curso de una investigación judicial abierta por tráfico de drogas.
"No hay denuncias ni chivatazos entre las gentes de ETA; es cierto, que los gendarmes buscaban droga", afirman fuentes francesas. Y añaden: "El número de teléfono de la casa en la que se ocultaba 'Txipi', apareció en la agenda de un traficante detenido con anterioridad en Caen, en la costa del Canal de la Mancha".
Los gendarmes no encontraron droga en la casa de Salegui, pero sí un millón de pesetas, temporizadores, cartuchos, esquemas para la preparación de 'bombas-trampa' y listas de potenciales víctimas del impuesto revolucionario.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.