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LA IMPRONTA DE 1992 EN LA CAPITAL

6.000 viviendas y miles de oficinas entre Moratalaz, Vallecas y Vicálvaro

El polígono de Valdebernardo, hoy un llano terrizo situado en el ángulo formado por la futura M-40 y la carretera de Valencia, se va a convertir en el emblema del Madrid del 92, con la construcción en su eje central de la futura esfera armilar, símbolo terrenal de la configuración celeste. Allí, a un tiro de piedra de Moratalaz, Vallecas Villa y Vicálvaro, es donde la Comunidad de Madrid proyecta realizar el tercero de sus grandes proyectos: construir 5.400 pisos de protección oficial y 600 más a precio libre, lo que supone el 25% del plan de viviendas sociales previsto por el Gobierno de Joaquín Leguina.El proyecto, el primero en el que una cooperativa -PSV, filial de UGT- cederá los terrenos, está a punto de comenzar (las previsiones apuntaban a mediado de este año), pero su puesta en marcha ha estado precedida de un largo período de tiras y aflojas que llegaron a provocar el enfrentamiento entre Jesús Espelosín, concejal de Urbanismo con el equipo de Juan Barranco, y Eduardo Mangada, consejero de Política Territorial.

El punto de fricción fue el sistema que se debía emplear para expropiar el suelo necesario para acometer esta actuación en la que, además de las viviendas, se pretenden construir 125.000 metros cuadrados de oficinas y locales comerciales, 100.000 metros más para usos institucionales y, ahora, la gran esfera. Mangada ganó la partida a su compañero de filas en el PSOE y finalmente logró el apoyo de Espelosín para expropiar las terrenos sin negociar con los propietarios. Éstos alegaron entonces, en marzo del año pasado, que tal sistema de enajenación de terrenos constituía una "nacionalización encubierta".

Uno de los espaldarazos definitivos al proyecto fue la firma de un protocolo para la constitución de un consorcio urbanístico para acometer la construcción de las viviendas sociales, destinadas a personas con ingresos inferiores a 3,5 veces el Salario Mínimo Interprofesional. El coste de la operación urbanística rondará los 12.000 millones de pesetas.

En un comunicado difundido ayer, PSV afirmó que "aporta todo su esfuerzo económico y de gestión a esta iniciativa, sin otra intención que contribuir a la creación de un nuevo eje urbano en el Sur de Madrid".

Compra de terrenos

Pero aún quedaban algunos problemas. Algunos de los propietarios del terreno seguían dispuestos a dar la batalla para evitar la expropiación forzosa. Este último obstáculo se salvó el año pasado con la compra por parte de PSV del 60% de los terrenos de Valdebernardo ofreciendo a la propiedad más del doble de lo fijado en la expropiación.

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No obstante, seguirá habiendo expropiación, ya que la Comunidad de Madrid aplicará ahora este procedimiento a la cooperativa a razón de 1.260 pesetas por metro cuadrado, es decir, lo que pensaba pagar a los anteriores propietarios y la mitad de lo que ha desembolsado PSV. Ésta es propietaria en la actualidad, según sus propias cifras, de aproximadamente 1,5 millones de metros. Esta operación de compra se realizó, según los responsables de la cooperativa "para evitar una posible paralización del proyecto derivada del cambio de Gobierno municipal".

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