Los japoneses creen llegado el momento de enterrar el monopolio político
Los liberales revalidan su condición de primera fuerza política en las elecciones legislativas del próximo mes en Japón, pero son frecuentes las voces de quienes creen que ha llegado el momento de acabar con el monopolio de poder que durante 35 años ha caracterizado al sistema político del país. Las últimas encuestas sobre los comicios del 18 de febrero para la Cámara Baja indican que más de la mitad de los interrogados es partidaria de que el Partido Liberal Democrático (PLD) comparta el Gobierno con uno o con más grupos de la oposición.Un sondeo realizado por el diario económico Nihon Keizei Shimbun revela que un 52,6% de personas se declara cansado de la arrogancia del partido en el poder y está de acuerdo con la formación de un Gobierno de coalición que estuviera encabezado por el PLD y en el que participaran las dos o una de las fuerzas minoritarias centristas de oposición, los budistas del Komeito y los socialdemócratas.
Los sondeos dan por descontado el triunfo de los liberales en los comicios del mes que viene, pero mucho más incierto resulta vaticinar si conseguirán revalidar la mayoría absoluta o la perderán, como sucedió el pasado julio en las elecciones parciales a la Cámara Alta. Sin embargo, el segundo supuesto no sería demasiado dramático para el Gobierno, a menos que sufra un improbable descalabro de enormes proporciones, porque podría alcanzar la mayoría gracias al voto de los candidatos conservadores que se presentan como independientes. Uno de los que así lo han expresado es el ex primer ministro Yasuhiro Nakasone, que abandonó el partido en mayo último a raíz de su presunta responsabilidad en el caso Recruit.
El Yomiuri Shimbun, el diario de mayor circulación del país, revela que el 37% de los interrogados apoya a los liberales y el 22% a los socialistas, lo cual confirma la tesis de que el PLD ha logrado detener el descenso de popularidad que le causó el año pasado el caso Recruit, los escándalos sexuales y el establecimiento del impuesto de un 3% al consumo, y que, paralelamente, el partido socialista no ha sabido aprovechar la grave crisis liberal.
Esperado debate
La campaña electoral comienza oficialmente el próximo día 3, pero un día antes tendrá lugar el acontecimiento que muchos presumen será el de mayor interés del proceso, y que posiblemente influirá bastante en el comportamiento de los electores. El primer ministro, Toshiki Kaifu, y los líderes de las cuatro mayores formaciones políticas -socialistas, Komeito, comunistas y socialdemócratas- mantendrán un debate electoral, televisado en directo y con un panel de periodistas, en el más puro sabor de las campañas norteamericanas, algo que no se repetía desde 1960. Kaifu, un político que tiene dotes de orador, ha sido el que ofreció el duelo, que sus rivales aceptaron inmediatamente, aunque habrían preferido que se hubiera celebrado poco antes de que concluyera la campaña.
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