Broncos contra 49ers. Es la Super Bowl

C. L. SMITH ENVIADO ESPECIAL Por segundo año consecutivo un escándalo de doping aparece en la víspera del Super Bowl, la final de la National Football League (NFL), que enfrantará a los Denver Broncos y los San Francisco 49ers (23.00 hora peninsular española, canales autonómicos excepto Telemadrid). En esta ocasión una emisora de televisión, WJLA de Washington, acusó a la Liga en un informe especial durante su noticiario del miércoles de administrar los controles antidoping favoreciendo a los jugadores de raza blanca. En concreto, la emisora WJLA denunció que la Liga optó por no sancionar a tres quarterbacks (mariscales de campo) blancos, los cuales no fueron identificados, que habían dado evidencia de un alto consumo de cocaína. La NFL ha desmentido rotundamente estas acusaciones pero ahora todas las expectativas para el partido de hoy se centran en los controles anti-doping que se habrán de realizar a las plantillas de ambos finalistas entre ayer sábado y hoy domingo.

Aunque seguramente la polémica disminuirá en el momento en que empiece el partido, el informe de la WJLA ha subido visiblemente la tensión en los entrenamientos de los San Francisco 49ers, campeón de la Conferencia Nacional, y los Denver Broncos, sus homólogos de la Conferencia Americana. El quarterback de los 49ers, el célebre Joe Montana, es uno de los tres hombres a quien supuestamente no sancionó la Liga, según una emisora de radio, KYBG, de Denver.

Bob Riechblum, jefe de noticias de WJLA, declaró que se habían confirmado los hechos con los jugadores o con sus representantes y que el propósito del informe era demostrar las deficiencias e injusticias en los controles anti-doping de la Liga. 26 de los 30 jugadores sancionados a causa de drogas durante los últimos dos años son negros.

Montana ya estuvo en el centro de unas acusaciones similares en 1985, al punto de que tuvo que realizar una conferencia de Prensa para desmentir los rumores de que era un cocainómano. Pero ayer no le dio mucha importancia a este nuevo informe. "Desmentí las acusaciones hace años. No vale la pena hacerlo de nuevo". El rival de Montana en el Super Bowl, John Elway, se molestó pero resumió el posible desenlace con la siguiente oración: "Mi nombre no aparecerá en esa lista de tres".Montana, cotizado en 1,2 millones de dólares, es una estrella indiscutible que juega acompañada de una plantilla de jugadores extraordinarios que buscan una victoria más para consolidarse como unos auténticos mitos. Únicamente, los Pittsburgh Steerlers han ganado cuatro Super Bowl sin perder una sola final y los 49ers, un equipo con unos esquemas ofensivos sofisticados y audaces, saben bien que pueden igualarlos el día de hoy.

Ésta es la dificultad a la que se enfrentan los Broncos, quienes han sufrido la humillación de tres derrotas anteriores en el Super Bowl. Con una más empatan el récord negativo de los Minnesota Vikings, cuatro veces perdedores de la final. La ciudad de Denver habitualmente se entrega por sus Broncos, pero este año los seguidores del equipo han disminuido sus ánimos. Las posibilidades de Denver, ganador de 11 partidos en 16 jornadas durante la temporada regular, se centran en EIway, cotizado en 1,4 millones de dólares y un quarterback que en casi todos los aspectos es igual a Montana salvo en uno, el total de títulos.

Los Broncos triunfan a base de sus defensas y jugadas espectaculares de Elway. Esta es la clave del partido. Si Elway, perdedor en los Super Bowl 1987 y 1988, logra burlar la defensa de San Francisco, Denver vencerá. San Francisco jugará con una frialdad científica; los Broncos, con pasión, la pasión de un equipo hambriento.

"Lo único que falta para hacer de mi carrera un éxito total es ganar el Super Bowl", afirmó Elway. "Me gustaría poder decirme a mí mismo que triunfé así".