El Gobierno, preocupado por el tráfico de droga en Gibraltar

El Gobierno español "tomará las medidas necesarias para impedir que Gibraltar se convierta en una plataforma de contrabando, no sólo de tabaco, sino de droga", según manifestó ayer el ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, quien agregó que al Ejecutivo le preocupa que el Peñón pueda ser un centro de blanqueo de dinero", generado por la droga, y de fraude fiscal. Por ese motivo se "prestará especial atención a los movimientos de capitales" que se producen en torno a Gibraltar

Esta inquietud gubernamental por la creciente utilización de la colonia británica por el narcotráfico fue expresada ayer por Fernández Ordóñez en su primera comparecencia en la actual legislatura ante la comisión de Exteriores del Congreso.El jefe de la diplomacia española no formuló ningún reproche a las autoridades del Reino Unido por su posible permisividad ante el fenómeno y dejó claro que las medidas que podrían ser adoptadas lo serían "en colaboración con los responsables británicos". El próximo 26 de febrero Fernández Ordóñez celebrará con su homólogo británico, Douglas Hurd, su encuentro anual para tratar del Peñón.

"Si el Gobierno español tiene pruebas", comentó un portavoz de la Embajada del Reino Unido en Madrid, "lo importante es que nos las comunique para facilitar la investigación". Tanto los servicios de aduanas como la policía española han detectado la aparición en la Roca de sociedades ficticias pertenecientes a testaferros árabes o suramericanos que se dedican a invertir en la Península y, sobre todo, en la Costa del Sol dónde tienen una marcada preferencia por la hostelería y el sector inmobiliario.

Ante la comisión parlamentaria Fernández Ordóñez hizo un amplio repaso de la política exterior, haciendo hincapié en sus dos prioridades: el estrechamiento de lazos con Latinoamérica y la profundización de la construcción europea, a las que se añade ahora el incremento de la cooperación con el Este, que implica el reforzamiento de las embajadas y agregadurías españolas en esa zona. También se abrirán embajadas en Namibia y Vietnam.

El único punto flojo de su política reconocido por Fernández Ordóñez fue "los medios limitados" de los que dispone España para la ayuda al desarrollo del Tercer Mundo.

Aun así, matizó el ministro, "hemos pasado de dedicarle del 0,04% al 0,1% de los presupuestos generales". "En cinco años se han incrementado en un 140%", añadió aunque admitió que "el objetivo debería ser más alto".