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La juez Carmena desestimará el recurso que le acusa de colaborar al suicidio

Manuela Carmena, juez de vigilancia penitenciaria número 1 de Madrid, desestimará probablemente hoy el recurso del fiscal de Madrid contra su decisión de que no se suministre alimento a los presos en huelga de hambre contra su voluntad mientras estén conscientes. El fiscal estima esto como una "errónea interpretación" de la juez, a la que solicita que revoque su resolución y le advierte que limitar los cuidados médicos a los presos que pierdan la consciencia "es colaborar de forma culposa", asegura, "al intento de suicidio".

El recurso del fiscal de Madrid, Jesús Silva, se opone a la resolución de la juez Carmena que, a propósito de la huelga de hambre que mantienen los presos de los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) desde hace más de 50 días, estableció que no se les prestara tratamiento médico por la fuerza, por entender que ello atentaba contra la dignidad de la persona. La posición de la juez de vigilancia penitenciaria es que sólo cuando se produzca la inconsciencia de los internos se debe hacer todo lo posible para salvar la vida de los afectados, si bien la decisión sobre el momento en que se produce tal situación corresponde, según la magistrada, a los médicos.En opinión del fiscal, la resolución recurrida interpreta erróneamente que la opción de los profesionales médicos para intervenir y ordenar el tratamiento médico urgente en evitación de lesiones irreversibles o el fallecimiento de los presos, "está en colisión con la voluntariedad de éstos de permanecer en huelga de hambre y (...) atenta contra la dignidad de la persona". Por el contrario, el fiscal entiende que los derechos constitucionales a la integridad personal y a la libertad ideológica "tienen como límite", dice, "la salud de las personas".

El fiscal reafirma la obligación de las autoridades penitenciarias de "velar por la vida, integridad y salud de sus internos" y considera que limitar los cuidados médicos precisos al momento de pérdida de la consciencia, cuando los daños son irreversibles, "es colaborar de forma culposa al intento de suicidio que contempla el artículo 409 del Código Penal". Asimismo, advierte a la juez que su resolución incurre "en la omisión del deber de auxilio que establece el artículo 338 bis del mismo cuerpo legal". En consecuencia, el fiscal pide a la juez Carmena que revoque su resolución y autorice a los facultativos la adopción de "las medidas técnicas necesarias" para salvar las vidas de los presos en huelga de hambre.

Importante gravedad

Por otro lado, los grapos presos Olegario Sánchez Corrales, Francisco José Cela Seoane y José Balmón Castell, el primero ingresado en el hospital Miguel Servet y los otros dos en el hospital Provincial de Zaragoza, continuaban ayer en estado muy grave y persistían en su negativa a ingerir alimentos, informa Javier Ortega. El parte médico emitido ayer indica que el estado de Sánchez Corrales es de importante gravedad, dada la intensidad del estado de desnutrición alcanzado por el paciente.En el hospital Provincial informaron que Balmón y Cela no ingieren ni alimento ni suero alguno. Su estado es muy grave, "aunque mantienen sus constantes dentro de la normalidad del progresivo deterioro".

Familiares de estos presos afirman que no desean que continúen la huelga de hambre hasta la muerte, pero les apoyan en su actitud "porque es la decisión que han elegido". Los tres grapo han dirigido una carta a la juez de vigilancia penitenciaria María Isabel Zarzuela Ballester en la que le piden que rechace el recurso del fiscal y ratifique su resolución contraria a la alimentación forzosa.

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Militantes de la vida

Los tres presos señalan en su carta: "No perseguimos en absoluto el suicidio o la autodestrucción. Somos militantes de la vida y sentimos un gran amor por ella. Pero no cualquier tipo de vida, sino una vida de personas, digna, lo más libre posible. Somos presos políticos que hemos sido condenados por unas ideas y unos hechos que el Estado considera delitos. Pero hemos sido condenados a privación de libertad, y no a tortura permanente".El Ministerio de Justicia calificó ayer de estacionaria la situación de los reclusos de los GRAPO más graves tras cumplirse ayer 56 días de ayuno. Según datos oficiales, un total de 48 presos siguen esta acción -de ellos 43 se hallan hospitalizados-, mientras que once la han abandonado ya. El último en dejarla ha sido, ayer, José Carlos Comesaña.

Abogados de estos presos manifestaron que no era una postura unánime las muestras de flexibilización manifestadas por algunos familiares de los huelguistas de hambre que ofrecían poner fin al ayuno a cambio de una dispersión en un pequeño número de prisiones. Otros presos, según estos informantes, sólo aidmitirían estar dispersos en dos cárceles y otros exigen la reunificación en un centro. Asimismo, citaron escritos de varios internos en los que manifiestan su voluntad de "muerte o victoria".

Por otro lado, la huelga de hambre que mantienen en Alemania Occidental algunos presos de la Fracción del Ejército Rojo (RAF) en solidaridad con los del GRAPO en España se está extendiendo. Además de Helmut Pohl y Rolf Clemens Wagner, que se han negado a ingerir alimentos desde el pasado domingo en la prisión de Schwalmstadt, cinco prisioneras de la RAF de la cárcel de alta seguridad de Preungesheim, cerca de Francfort, han tomado la misma decisión, informa José María Martí Font. Pohl y Wagner en una carta dirigida a los medios de comunicación afirman que GRAPO y RAF luchan "por los mismos objetivos y contra los mismos enemigos".

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