La CEOE acusa al Gobierno de carecer de política industrial desde la reconversión
La patronal CEOE acusó ayer al Gobierno de no tener una política industrial definida desde que se cerró la reconversión, en la clausura de la cumbre de la industria, que concluyó ayer en Zaragoza. El ministro de Industria y Energía, Claudio Aranzadi, intervino en este acto y anunció que el Gobierno va a remitir a lo largo del año al Parlamento el nuevo Plan Energético Nacional, que se ajusta al esquema comunitario. Aranzadi destacó el reto del mercado único y aseguró que "la política industrial debe facilitar la adaptación de las empresas españolas a la competencia internacional".
Los empresarios solicitan ayudas fiscales a la inversión como principal apoyo para la adaptación de la industria al marco de competencia del mercado único de 1993. La mejora del trato fiscal a la inversión en general y, en concreto, a las inversiones directas en terceros países de cara a favorecer la exportación; a los beneficios empresariales que, en lugar de ser distribuidos, se reinviertan; a la inversión en mejoras tecnológicas y a los restantes gastos en investigación y desarrollo; así como a los gastos en formación de trabajadores y directivos fue el eje principal de las solicitudes de los empresarios a la Administración.El actual sistema fiscal no es el adecuado, a juicio de los empresarios, que reiteraron su solicitud de una transformación del sistema tributario que fomente el ahorro y la autofinanciación de las empresas. Junto al sistema tributario, los empresarios volvieron a solicitar la reforma del Inem, del sistema de financiación de la Seguridad Social y de las enseñanazas medias.
Créditos e interés
Arturo Gil, vicepresidente de la CEOE, criticó la "progresiva desvinculación del sistema financiero respecto al sector industrial" y pidió que "los mercados de capitales se vuelquen en la industria por encima de la especulación a corto plazo o la necesidad de financiar el déficit público". Respecto a los elevados tipos de interés y las restricciones de crédito, Gil sentenció que "tenemos que lograr que de ninguna manera el coste y las condiciones del crédito para las industrias sea superior al que soportan nuestros socios comunitarios".
En la presentación de conclusiones, los empresarios aseguraron que aceptaban "competir libremente con empresas que nos aventajan en desarrollo y apertura al exterior", pero a cambio solicitaron "un tipo de cambio que deje de penalizar nuestra producción interior y nuestras exportaciones".
El Ministro de Industria y Energía, Claudio Aranzadi, que intervino en la clausura de las jornadas, sentenció que "necesitamos empresas con vocación de creación de riqueza a medio plazo, que vayan más allá de las ganancias hábiles pero coyunturales". Aranzadi aseguró que las conclusiones de las jornadas "pueden servir de base para implantar un diálogo fluido entre los empresarios y la Administración". Según el ministro, la política industrial debe ir dirigida a "facilitar el acceso de las empresas españolas al escenario de 1993". Dentro de los planes de política industrial del Gobierno destacó las dirigidas a las pequeñas y medianas empresas, a la innovación tecnológica, a la calidad industrial, al medio ambiente así como la política energética.
Ésta última quedará plasmada en el nuevo Plan Energético Nacional (PEN), que será enviado al Parlamento a lo largo de' este ejercicio. En nuevo PEN definirá las líneas generales de la política energética para los próximos 10 años, y que será acorde con la política energética comunitaria. Su objetivo es "obtener los inputs energéticos en las mejores condiciones de coste, competitividad, diversificación y medio ambiente".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.