Las cadenas públicas vuelven la vista a la financiación estatal

"Las cadenas públicas han reaccionado a la llegada de las televisiones privadas pero habría que preguntarse si lo han hecho de forma convincente", señala un alto cargo de las cadenas estatales Antenne 2 y FR-3, cuyo presidente director general es Philippe Guilhaume.Una de las primeras consecuencias de la entrada en funcionamiento de las televisiones privadas ha sido que las públicas han tenido que reforzar la financiación estatal a la vez que continúan haciendo uso de los fondos del canon que pagan al año (unas 3.000 pesetas) quienes poseen un aparato de televisión.

De esta forma Antenne 2, la principal cadena pública, que acapara el 20% de la audiencia y el 18% del mercado publicitario, se financia mitad y mitad con publicidad y fondos públicos y arrastra un déficit de 3.600 millones de pesetas. Las otras dos cadenas públicas, FR-3 y La Sept (ésta última, de carácter cultural), se financian prácticamente con cargo a los presupuestos del Estado, aunque FR-3 consigue un 10% de publicidad gracias a su penetración en el 10% del mercado. Las privadas han hecho descender al menos en 20 puntos el porcentaje de audiencia de las públicas.

Para los directivos de Antenne 2, "el choque ha sido brutal y ahora las cadenas públicas tienen que acudir a la financiación de dinero público puesto que la publicidad se reparte también entre las privadas. Además ha aumentado la concurrencia y, con ella, los precios por los derechos de difusión de determinados programas".

"Es natural que exijamos financiación pública", señalan las mismas fuentes de Antenne 2, "porque una cadena pública tiene que satisfacer las necesidades de quienes pagan un canon, ser distintas que las privadas y ofrecer programas de calidad y contenido. Sin embargo hemos entrado en un círculo vicioso, porque en la medida en que perdemos los recursos publicitarios, menos capacidad tenemos de contratar o producir buenos programas y, por tanto, menos interesamos a la audiencia".