La 'crisis' aparcó el problema eléctrico y de la AEB
La paralización que ha sufrido el Banco Bilbao Vizcaya (BBV) desde la muerte de Pedro Toledo no ha afectado solamente a esta entidad financiera, sino que ha dejado senfir sus efectos sobre otros sectores e instituciones. El Bilbao Vizcaya no presenta este año un ejercicio brillante. La fusión -lo sabían todos los que la propiciaron- tiene un coste inmediato que se traduce en un descenso de la rentabilidad de la nueva entidad. La cifra de beneficios crecerá a un ritmo aceptable porque las necesidades de provisiones es menor en este ejercicio que en el anterior, no porque los recursos generados hayan aumentado en la misma proporción.Pero la paralización ha dejado aparcados dos proyectos importantes. El primero, por su repercusión en la economía española, ha sido la reordenación del sector eléctrico, iniciada mediante tomas de participaciones en los últimos meses del año pasado y capitaneada por el BBV, que aumentó su presencia en varias de las compañías eléctricas. La muerte de Toledo y la crisis del banco, junto a otros factores no menos importantes, paralizó esta política y permitió, además, que otras entidades financieras reaccionaran y tomaran posiciones.
No hay reuniones
El otro problema que todavía no se ha resuelto es la sustitución de Rafael Termes al frente de la patronal bancaria Asociación Empresarial Bancaria (AEB). Termes anunció que no se presentaría a la reelección por un nuevo mandato cuando en marzo le venza el actual. Los grandes bancos tienen los votos necesarios para deslIgnar al sucesor, pero desde la muerte de Toledo no se han reunido.
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