La compañía reconoce su responsabilidad

Javier Bustinduy, director de Cercanías de Renfe, reconoció ayer la responsabilidad de la compañía en los sucesos ocurridos en los últimos días en las líneas de cercanías, aceptó que se está prestando un mal servicio y pidió a los usuarios un plazo de 15 días para poner en marcha medidas para atender a la actual demanda de viajeros."Es cierto que hay tiempos de espera superiores a los anunciados, pero ello se debe a un crecimiento exagerado de la demanda. En el pasado mes de mayo nosotros ofertábamos un plan que fue recibido con incredulidad, según el cual en septiembre de 1990 estaríamos en condiciones de ofertar 74.500 plazas en hora punta. En la actualidad estamos prestando 88.000, adelantándonos así un año a lo previsto. Sin embargo, es cierto que el ciudadano no está contento, puesto que considera que el servicio no es el adecuado", afirmó el director Cercanías.

Bustinduy negó que se hayan retirado unidades de unas líneas de cercanías de Madrid para ponerlas en otras y reconoció que el aumento de oferta que ha hecho la compañía ha sido posible gracias al traslado a la región madrileña de un total de 50 unidades procedentes de otras zonas.

Las últimas 13 unidades llegaron precisamente anteayer, jueves pero no pudieron ponerse en servicio ante el corte de la vía por parte de los usuarios.

"La actitud de tomar de la vía es desproporcionada, inútil y tiene unas consecuencias que nos impiden actuar", puntualizó.

El director de Cercanías indicó que ante la fuerte demanda que se ha producido la compañía ha solicitado al Gobierno la compra de 200 nuevas unidades sencillas y de otras 55 unidades de dos pisos, consideradas necesarias y explicó: "Estamos esperando la respuesta del Gobierno y entre tanto sólo podemos aplicar todas las medidas posibles para hacer frente a la actual demanda. Si ésta se incrementa no tenemos respuesta posible".

Bustinduy achacó el fuerte aumento de la demanda a la congestión que sufren otros medios de transporte.