La hora de los furtivos
El recorte ayer de dos cementeras de alta frecuencia de contratación y sobrada liquidez en este mercado marca la diferencia de disposición inversora entre el final de 1989 y el principio de 1990. Animada, la primera; bajista, la segunda. Los plazos que determinan el obligado optimismo ante el futuro empiezan a prolongarse peligrosamente. La mayoría de analistas y operadores hablan de firmeza para después de Semana Santa y de reservar las alegrías hasta los primeros calores. De este modo se favorece el clima de relajo y aparece la figura agazapada del cazador furtivo a la baja, que irá aprovechando los recovecos del mercado a mejor y más bajo precio con todo el tiempo del mundo jugando a su favor.
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