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El episcopado reelegirá probablemente a Suquía como presidente para otros tres años

Francesc Valls

Los obispos españoles se reunirán el próximo mes en asamblea plenaria para proceder a la elección de presidente por un mandato de tres años. La hipótesis más probable es la de la reelección del arzobispo de Madrid-Alcalá, Ángel Suquía, hombre considerado de talante conservador, por un nuevo período de tres años.

La comisión permanente del episcopado, que ayer inició sus sesiones en Madrid, se encuentra elaborando el orden del día de esa sesión plenaria para la renovación de cargos que se celebrará en febrero. Los sectores más abiertos del episcopado es poco probable que presenten un candidato alternativo a Suquía.Por el momento, no existe ningún tipo de coordinación o contactos para buscar esa hipotética alternativa, según medios próximos a este sector. Hace tres años, la elección del cardenal Suquía mostró una fractura en el voto de los obispos. El arzobispo de Madrid entonces elegido para el cargo en la quinta votación por 39 votos, Gabino Díaz Merchán, antecesor de Suquía en el cargo, debía obtener en aquella ocasión, para ser reelegido para un tercer mandato, mayoría absoluta y quedó lejos de ella; sólo obtuvo 40 votos de los alrededor de 70 obispos que asistían a la sesión. Para el próximo mes de febrero la elección no se prevé tan apretada, a menos que en el mes que falta para esta elección se presentara otra candidatura.

El cardenal Suquía, de ser elegido, cumplirá la edad de jubilación -los 75 años- cuando aún falte un año para concluir su mandato trienal. Sin embargo, todo hace prever que continuará en el cargo. Durante estos últimos tres años, el presidente del episcopado ha mantenido una política de buena vecindad con el Gobierno socialista. Bajo la presidencia de Suquía, y hace dos años, la Iglesia consiguió que fuera declarada jornada festiva el 8 de diciembre, día de la Inmaculada, justo unos días antes de esa fecha.

Discrepancias con el Gobierno

Pero no por ello ha dejado de mostrar las discrepancias de fondo entre jerarquía eclesiástica y poder civil. Uno de sus discursos más duros fue el que pronunció en febrero del pasado año, en el que criticó que el Ejecutivo del PSOE destinara fondos a los centros de planificación familiar, al aborto, a los experimentos sobre fecundación artificial y tolerara lo que el cardenal denominó en su discurso "el despilfarro burocrático".El tema de la moralidad ha preocupado al cardenal. Se espera que antes de que expire su mandato los obispos hagan público un documento sobre el deterioro de la moral pública. En un primer momento se especuló con que ese texto iba a darse a conocer al concluir la reunión que la permanente celebra hasta mañana, jueves. Sin embargo, el documento podría darse a la publicidad con motivo de la próxima sesión plenaria de febrero. En esa asamblea permanente serán renovados los cargos de los presidentes de las 14 comisiones episcopales que integran la permanente y también se procederá a la elección del comité ejecutivo de los obispos.

Para esos puestos es probable que se produzcan importantes relevos, debido a los nombramientos de obispos que se han producido en los últimos años y que no tienen cargo alguno en la conferencia.

La comisión permanente que ayer se inició servirá de baremo para medir las posibilidades de los obispos. En el orden del día de esa sesión figura el asunto del plan pastoral para el trienio 1990-1993, que deberá aprobar la plenaria del próximo mes de febrero.

Como en todo este tipo de reuniones, no se descarta que los obispos realicen algún tipo de declaración sobre temas de actualidad.

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